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La Amazonia es la selva tropical más grande del mundo y aporta gran parte del oxígeno que el planeta necesita para seguir manteniendo vivos los ecosistemas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los incendios en esta región de Sudamérica ocurren en un momento en que muchos otros están ardiendo en todo el mundo, algunos incluso más grandes y más extendidos que los de la Amazonia.

Las áreas afectadas incluyen países como Angola, Congo, España, Grecia, Alaska y Siberia.

Por ejemplo, la Organización Meteorológica Mundial anunció que esta temporada de incendios no ha tenido precedentes en el Círculo Polar Ártico, con más de 100 focos importantes reportados en la región. En Siberia se han reportado más de 54.300 kilómetros cuadrados dañados. Algunos informes de Global News de Canadá y otros medios han indicado que estos incendios se iniciaron intencionalmente para ocultar actividades de tala ilegal.

La semana pasada la isla griega de Evia estuvo en estado de emergencia después de que estallaran múltiples incendios de gran envergadura.

A principios de agosto, un gran incendio en el territorio ruso de Krasnoyarsk dañó más de 1 millón de hectáreas de bosque.

Alaska y Groenlandia también han sufrido los embates de la crisis climática global y han visto temperaturas altas récord en este verano septentrional. El mes pasado, Dinamarca envió un equipo de bomberos a Groenlandia para apagar grandes incendios que se estaban extendiendo por toda la nación isleña.

Un incendio en las Islas Canarias de España provocó la evacuación de 9,000 personas. Otra isla española en la costa norte de África, Gran Canaria, perdió alrededor de 119 mil kilómetros cuadrados de bosques debido a incendios en las últimas semanas.

En África no es muy diferente: según datos de la NASA, más de 67.000 focos de fuego fueron detectados solo en junio de 2018, y este año, si bien los datos aún no están disponibles, es probable que la cantidad sea semejante.

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