Opinión /
El valor de hacer lo que el país necesita más allá del gobierno de turno
Martín Secco, especialista en temas cárnicos, tiene en su trayectoria haber fundado a nivel familiar el Frigorífico Tacuarembó, que luego fue absorbido por Marfrig, empresa multinacional que terminó gerenciando con inversiones en Uruguay, Brasil y Argentina. Secco tuvo bajo su órbita a nuestro Frigorífico La Caballada.
En una entrevista del Diario El País presenta sus ideas sobre innovación y valora la estabilidad jurídica y económica del país. El Uruguay es un modelo para mucha gente y el especialista lo destaca, aunque también plantea la necesidad de crecer en algunas áreas. En 2016 asumió como CEO de Marfrig a nivel global, donde realizó operaciones de compraventas por más de US$ 3.500 millones. En 2018 Forbes lo nombró CEO del año en Brasil y en septiembre de ese año dejó de ser el principal ejecutivo de la empresa brasileña. Actualmente se dedica a la producción agropecuaria en Achard (Tacuarembó).
Dice lo siguiente ante la consulta de si es posible que el Uruguay crezca.
Es posible en la medida de nuestras capacidades y estructuras. Hoy sabemos cuánto cotiza un bono uruguayo a nivel mundial, cuál es el riesgo país comparado con el de nuestros vecinos y eso demuestra la oportunidad que Uruguay tiene para captar dinero externo que sin duda es fundamental a la hora de crecer. El tema es qué hacer con eso. Un ejemplo, trabajé en una empresa (como Marfrig) que hasta el año 2005 era propiedad de un matrimonio que vivía en una ciudad cerca de San Pablo, que tenía una pequeña distribuidora de carne. En esa distribuidora había productos uruguayos y un fondo de inversión, en esas radiografías que están haciendo permanentemente para ver dónde colocar su dinero, lo elige como un caso para desarrollar un modelo financiero. Se sientan con él (Marcos Molina) y le dicen que tiene una oportunidad de desarrollar esa compañía en Brasil y a nivel mundial, que le van a dar financiamiento para ello con la condición que en un tiempo prudencial abra una parte del paquete accionario en la bolsa y con eso se cobran lo que prestaron. Ese es el origen de la empresa en que trabajé. Es difícil que ese caso se de en Uruguay por un tema de escala. Hay proyectos interesantes, los proyectos que hemos tenido en los últimos años en el área forestal son el último proyecto país que tuvimos. Es un proyecto que empezó en el año 1986, donde el Estado hizo sacrificios fiscales, sin duda hubo un consenso político. Es un buen ejemplo de cosas que se pueden hacer. Para eso hay que tener ese diálogo a nivel político que muchas veces no se ve. Lo otro importante es separar los temas económico-financieros del país de los temas políticos, no jugar políticamente con esos temas.
Acá se entiende que hay cosas que superan las administraciones y que permiten al país crecer como tal. Por caso la apertura de Méjico o Japón para las carnes uruguayas. En algunos casos se empezó con la titularidad de Martín Aguirrezabala en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. En otras de Tabaré Aguerre en esa cartera de Estado. Uno del Partido Colorado, otro del Frente Amplio. ¿Y cuál es el problema? Ninguno, fueron dos grandes ministros, que dejaron su marca para que el país crezca.
El otro gran tema es que hoy la información fluye y todo se sabe. Por ejemplo lo que subió el riego país en Argentina luego de las elecciones internas donde asomó la fuerza arrolladora de los peronistas de Alberto Fernández y Cristina. Se sabe qué hace Brasil para frenar los incendios en el Amazonas y se sabe el déficit de casi cinco puntos en el Uruguay. Y esa información luego permite que los inversores tomen decisiones. Se ha transparentado mucho el accionar de las naciones y eso hace que luego se tomen decisiones en base a eso.
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