La noche en Salto – Los músicos /
“Coco” Pereira Das Neves
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Por Leonardo Vinci
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joselopez99@adinet.com.uy
Nos cuenta “Coco” Pereira Das Neves: Mi mamá era profesora de piano y de canto y también daba clases a numerosas alumnas, así que empecé aprender en casa. A los 5 o 6 años ya tocaba el piano y luego el acordeón, estudiando con el profesor Sagarías. Recuerdo mis actuaciones en la fonoplatea de Radio Cultural en el programa “La revista Infantil”. Los domingos estaba muy activo, ya que formaba parte de la “Coral salteña” de niños que dirigía el maestro Eric Simon, quien había escrito partituras para navidad que se escucharon en unos espectáculos con todas las corales del litoral.
Yo tenía buen registro, buen oído y entonaba bien y por esa razón era el líder, o sea el iniciador de los cantos en la misa, por lo que los domingos iba a hacer esa tarea, e inmediatamente salía de la Iglesia para la Radio con mis padres, a tocar el acordeón.
Acordeón devenido órgano
Y como hacen los adolescentes que tocan algún instrumento, se juntan con otros amigos y forman una orquesta. No había órganos en Salto. Era carísimo comprar uno. Como yo tocaba el acordeón, lo acomodamos sobre una mesa. El guitarrista, cantor y líder de la Banda se daba maña para solucionar mecánicamente cualquier problema. Adaptó una roldana para accionar la mano izquierda, conectándola a un par de pedales y a través de ellos yo enviaba el aire para que sonara el acordeón, pero usándolo como si fuese un órgano.
Sexteto Frutilla
Luego formamos el “Sexteto Frutilla” y comenzamos a tocar en el gran circo Tihany. Allá por 1970, antes que llegaran los circos con sus carpas, venía el encargado de toda la logística: el lugar, los permisos, los trámites, etc. y contrataba músicos del lugar. Tanto es así que en mi planilla de jubilación figuran mis actuaciones en el Tihany. Tocábamos los valses de Strauss con las aguas danzantes del circo. Un espectáculo estupendo. Ahora los circos utilizan pistas. Hace dos años fui en Montevideo a ver el Tihany. ¡Una cosa maravillosa! Un sonido espectacular.
Tocabamos en los Cabarets
También toqué en los cabarets donde aprendí, sobre todo, a improvisar. Con el Sexteto ya habíamos comprado un órgano “Acetone” merced a las gestiones de Sagarías. Lo integraban el “Mono” Ríos en la batería, Elder Machiavello en el bajo, Jorge Rodríguez primera guitarra, Mario Cardozo segunda guitarra, cantaba Nildo Guimaraens y yo en el teclado. Actuábamos en cumpleaños de 15, en fiestas particulares y en algunos bailes a beneficio. En aquellos tiempos era muy limitado el tema equipamiento y por ende el sonido. Utilizábamos un “Norton” de 10 para la segunda guitarra y para el teclado teníamos uno de 25 que era mucho más grande.
Grupo Azul con Nelson Vigo
Entrada la década del 70, se formó el grupo “Azul” con Nelson Vigo. Los parlantes de las columnas los habíamos comprado en Concordia en Casa “Cely”. El Dr. Vigo estaba detrás de su hijo, asegurándose que las cosas salieran bien y todo era muy cuidado. Fueron años maravillosos. “Tato” cantando, Marcos Pamparatto en la batería, Carlos Líbera en el bajo, Ernesto y Ruben Racedo eran los guitarristas y yo en el teclado. Los Racedo tenían un grupo folklórico llamado “Los Tubichá”, y fueron invitados a Cosquín a interpretar temas propios. Con Nelson Vigo tocamos en la elección de las reinas estudiantiles y en otras partes del país.
La voz de Gustavo Artegoytia
Cuando Tato y Marcos se van a estudiar a Montevideo, seguimos con el “Grupo Azul” y la voz de Gustavo Artegoytia. La base del conjunto seguía con “Manteca” en la guitarra, “Perón” en el bajo, “Nilo” Núñez en la batería, el “Mono” Ríos en las tumbadoras y yo en el órgano. Tocamos por años hasta que la invasión de los Bee Gees y Fiebre del Sábado a la noche cambió todo. La aparición de las discotecas mató a las orquestas. Tres o cuatro años más tarde, el furor se fue apagando y volvieron a aparecer los conjuntos musicales. Allí armamos “Fórmula 1”.
Los bailes en casas de familia
Los cumpleaños de 15 que no se realizaban en el Club Uruguay, se hacían en las casas de familia. No había locales para fiestas. Entonces, se acomodaba la casa: los servicios de lunch debían conformarse con una pieza utilizando alguna mesa, se corrían los muebles o se llevaban para lo de la vecina, la orquesta iba en algún rincón y se despejaba la habitación principal para que el padre bailara el vals con la quinceañera.
Salto Uruguay y Boada
Los bailes con orquestas se realizaban sobre todo en Salto Uruguay con Boada a la cabeza en la organización, en el pago, en la exigencia, en todos los detalles… era un león. Aunque era rotario, era un verdadero león. También tocábamos en Universitario, Chaná y Ferrocarril.
Los movimientos sociales van variando con el tiempo, porque los modismos empujan a la gente a vestirse de una forma y a comportarse de cierta manera. Viví la época del pantalón Oxford” y los zapatos con plataforma y tacones. Cuando les muestro algunas fotos de esa época a los nietos, ellos se ríen. No había tanto alcohol a disposición de la juventud como ahora. Las chicas, por lo general, no tomaban ni fumaban.
Bautista Peruchena
En ese entonces, el maestro Bautista Peruchena descubre la orquesta modelo de Maldonado- que era un conjunto con toda la familia de los instrumentos de viento y la incorporación de los electrónicos (guitarra, bajo y teclados)- y trae esa idea. Nos invita a sumarnos con “Fórmula 1” a la Banda con nuestro cantor. Así se creó la Orquesta de música ligera, que era una denominación española que abarcaba un espectro musical más amplio y que tanto ha gustado a los salteños.
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