Sueño y salud mental
El sueño y la salud mental están directamente relacionados, hasta el punto que la falta del primero puede derivar en muchos casos en una depresión mayor. Somos una sociedad con un mal descanso nocturno. Muchas personas sufren de insomnio, y recurren a fármacos para poder dormir.
Aquel que ha pasado una noche en vela sabe que al día siguiente le espera una jornada realmente dura. Cuando esto se repite de manera continuada, aparece una sintomalogía tan variada como desgastante. Descuidamos completamente el impacto que tiene para el cerebro el mal descanso.
Esa fractura en los ciclos del sueño y no alcanzar el sueño REM, por ejemplo, presenta una elevada comorbilidad con los trastornos del estado de ánimo. Nos sentimos más ansiosos, irritables, cuesta concentrarse, tomar decisiones y pensar.
Los trastornos del sueño aparecen ya, por ejemplo, cuando tardamos una hora o más en conciliar el descanso. También cuando nos despertamos a lo largo de la noche entre tres y cuatro veces.
Todo ello afecta a nuestro organismo y sobre todo a nuestro cerebro. Un ejemplo de esa relación entre sueño y salud está en el hecho de que quien sufre insomnio crónico presenta mayores depósitos de proteína amiloide, un hecho que se relaciona con la aparición de la enfermedad de alzhéimer.
Si dejamos pasar semanas con un mal descanso:
* No poder pensar con claridad, tener problemas para tomar decisiones.
* Falta de concentración.
* Dejar de disfrutar de actividades que antes nos gustaban por sentirnos agotados.
* Falla la motivación.
* Deja de apetecernos quedar con gente, ya no disfrutamos del contacto social.
* Cuesta ser productivo en el trabajo.
* Empeora la autoeficacia y la imagen que tenemos de nosotros mismos.
* Se elevan los pensamientos negativos.
* Nos sentimos irritables, enfados, molestos.
* El cerebro empieza a estar confuso, falla la memoria, divagamos en exceso y los cambios en el estado de ánimo son ya una constante.
* Si sufrimos un trauma en el pasado la falta de sueño hará que esos hechos vuelvan a nuestra mente.
* En estas situaciones es común empezar a sufrir ataques de pánico durante la noche.
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