“Contra el totalitarismo global” /
Hong Kong empaña la fiesta de China Comunista
Decenas de miles de personas salieron este domingo a las calles, en la mayor manifestación desde hacía un mes en Hong Kong, para protestar contra el Gobierno chino en una concentración que, a tramos, contó con incidentes de violencia. Centenares de policías salieron de las bocas de metro, de callejones, de furgonetas enviadas por la Comisaría central para detenerlos, en una operación de limpieza por todo el centro de la antigua colonia que se prolongó durante horas y que dejó claro el profundo cisma que se ha creado no solo entre manifestantes y los Gobiernos de Hong Kong y Pekín; también, entre la Policía local y los ciudadanos de a pie.
Los altercados entre ambas partes fueron los más violentos hasta la fecha en tres meses de protestas. Los dos lados han endurecido sus tácticas en vísperas de los festejos con los que China quiere celebrar por todo lo alto los 70 años de la República Popular —uno más que los que llegó a cumplir la ahora difunta Unión Soviética—. Los manifestantes están dispuestos a aguar la fiesta; la Policía y el Gobierno autónomo, a impedírselo.
Los manifestantes también habían dejado claro que querían hacerse oír más que nunca, en la ciudad y en el exterior. El lema oficial de la marcha era “contra el totalitarismo global”; muchos jóvenes portaban distintas banderas —Estados Unidos, la Unión Europea, Alemania, España, Irlanda, Estonia, Senegal— y lemas en varias lenguas. La imagen del presidente chino, Xi Jinping, se había transformado en una alfombra sobre la que los movilizados pateaban con entusiasmo; abundaban los carteles en los que las estrellas de la bandera nacional china se habían convertido en una esvástica. Todos los manifestantes ocultaban su rostro en mayor o menor manera.
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