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Por Gabriel Paique.- Mañana de domingo, caminata en Termas del Arapey, con un río que invitaba al disfrutar del amargo y el canto de los pájaros, con lo que es un entorno espectacular para disfrutar de la temperatura primaveral. En el camino nos cruzamos con un funcionario que realizaba su trabajo de jardinería y la charla que comenzó con consulta de aves que hoy son parte del paisaje en la zona del Río Arapey. Además destacamos el trabajo en el cantero, con el colorido de los pensamientos, esa flor que realmente le da un brillo espectacular a ese espacio.

DE BELEN

La charla que continuó y pasamos de los pensamientos a los azaleas, que también se puede disfrutar en nuestro paseo por Termas, que sin duda la primavera permite es color, como cada perfume que nos invade en las primeras horas de la mañana, donde el rocío nos moja los pies, pero eso poco importa. “En dos meses se han visto los cambios”, nos señalaba el jardinero. Hasta que nos dice, mi “apellido es Palacio, soy de Belén”.

PADRE DE CRISTIAN

El apellido nos pone en esa alerta para quienes estamos en lo del periodismo deportivo, Palacio y de Belén, nos acordamos de un jugador que pasó por Chaná, jugó en las juveniles de Salto, para luego pasar al profesionalismo. ¿Qué sos de Cristian Palacio?, nuestra consulta. “Soy su papá. Soy primo del “Tortuga” Cardozo y Gustavo. Cristian jugó en Chaná, luego pasó a Danubio, pero no quedó, para luego llegar a Peñarol”. En cada relato nos muestra el recorrido de su hijo, hoy en el fútbol chileno, defendiendo al Everton, en cada equipo los goles del salteño, nacido en Belén, se han gritado en más de una oportunidad.

EL GOL A TOGNASCIOLI

Palacios padre, nos sigue con la historia de Cristian, cuando llegó a Danubio junto a Franco Tognascioli, con el que compartieron la Selección de Salto Sub 18, campeona en el 2007 y que el goleador Palacios no quedó. “Tognascioli les dijo que lo dejaran, ya que lo conocía”, pero Cristian Palacios no quedó y luego de la mano del “Pato” Aguilera llegó a Peñarol. “En un partido de la tercera, que se definía el título, en el arco de Danubio estaba Tognascioli y el delantero aurinegro era Palacios. Yo le enseñaba mucho a definir de izquierda y en ese partido convirtió el gol del triunfo para Peñarol”, nos cuenta con orgullo.

JUGUE HASTA LOS 18 AÑOS

En la historia personal, Palacios padre jugó al fútbol hasta los 18 años, “no pude seguir por un tema de salud. Jugué con el Tuti Erburo, el armaba las jugadas y yo hacía los goles de tiro libre”. Sin descuidar su cantero, la charla que continuaba y el balón que seguía siendo parte de los recuerdo, “me acuerdo del Cunfi, que jugó con Cristian en aquella Selección campeona, Matías Flores”, y tantos jugadores que también fueron parte de aquel 2007, en la memoria de Palacios.

BANDURRIA

Esta charla arrancó con lo que fue nuestra consulta sobre un ave que nos llamó la atención y que habita como un turista más, sobre la copa de lo árboles o caminando tranquilamente en los espacios verdes, cerca de la piscina principal. Su tamaño, el canto y su vuelo nos llamaron la atención, por lo que consultamos a Palacios que clase de ave era. "Es la bandurria, llegó hace un tiempo y hoy están en las copas de lo árboles, cerca del río, pero también andan en todo el predio". Nos enteramos después que llegó sobre el año 2020, cuando un volcán hizo erupción en una zona chilena y fue cuando se comenzó a observar en mayor número. Hoy son habitantes de lo que es la cantidad de aves que son parte del paseo y con su canto, enamoran a aquellos que llegan para disfrutar del descanso. 

AMOR-PERFEITO

Para despedirnos, nos dice “amor perfeito”, eso son los pensamientos en portugués y nos sigue contando los trabajos que realiza para que el entorno de Termas del Arapey muestre ese colorido, como cuidado de aquellos que aman su trabajo. “Hoy se notan los cambios, le pedí los pensamientos a Mariano y aquí están. Estas flores se mantendrán hasta noviembre, después vamos a tener que plantar nuevas plantas, ya que el verano y el sol hace su trabajo, pero mientras pueda voy a seguir cuidando los canteros, como cada una de las plantas. Me gusta este trabajo y tenemos que cuidar este paseo. Me gusta cuando la gente destaca los canteros y es algo que parece pequeño, pero que sin duda marca la diferencia si lo sabemos cuidar”.

El apretón de manos, ya que tenía que continuar con la tarea y Palacios siguió con ese “amor perfeito”, con ese color violeta de los pensamientos que adornan cada cantero en el centro termal de Termas del Arapey.

Ese tiempo de sueños que en cada tiro de pelota quieta que lo tuvo en su momento, hoy con esa pausa y amor por su trabajo, los “pensamientos”, con ese color violeta, son parte de esta historia.

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