
A 70 años de su publicación /
Pedro Páramo, un libro que todavía habla con los muertos
Juan Rulfo (San Gabriel, México, 1917- Ciudad de México,1986) publicó en 1955 su única novela, “Pedro Páramo”, obra fundamental de la literatura hispanoamericana. A siete décadas de su aparición, sigue siendo un libro vivo, inquietante y revelador. Recuerdo que fue allá por la adolescencia que descubrí lo que algunos llaman realismo mágico. Me deslumbró. En ese momento, yo leía mucho a Gabriel García Márquez. Me fascinaban sus personajes desmesurados, los pueblos remotos cargados de polvo, los prodigios narrados con naturalidad, la muerte caminando entre los vivos como si fuera un vecino más.

Don Muniz y los merengues
Se llamaba Segundo Muniz y, desde siempre, el único oficio que había tenido era el de milico. En aquella zona, un buen oficio. Buena gente, honesta y trabajadora, se reunía para divertirse en bailes, pencas o riñas. Así que el de Muniz era lindo oficio. Acompañar a un superior en recorrida, llevar un aviso a algún vecino; en fin; poca cosa. Y sin apuro, porque Muniz no era hombre de eso. Siempre al tranco, se hamacaba la enorme vaina de lata de su sable, al que nunca nadie había visto fuera de aquella.

Adiós a un Maestro
Este miércoles 16, a los 99 años y a tan solo un mes de cumplir un siglo de vida, falleció el reconocido escritor, docente y poeta José María Obaldía, una de las figuras más queridas de la cultura nacional. Su partida marca el fin de una etapa luminosa para la literatura uruguaya, especialmente en el terreno de la narrativa oral y la literatura infantil.

Un día como hoy nacía Neruda
Pablo Neruda, seudónimo de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, nació el 12 de julio de 1904 en Parral, un pequeño pueblo del sur de Chile. Su vida y su obra se entrelazan con la historia de América Latina, con la pasión por la justicia, la belleza de las palabras y el compromiso con los pueblos. Neruda no solo fue un poeta prolífico y premiado, sino también un hombre de convicciones profundas, un enamorado incansable de la vida y de su país.

¿Qué dijo la Academia Nacional de Letras?
"Ha fallecido en el día de hoy a sus 99 años el entrañable narrador y maestro querido y admirado por todos, José María Obaldía. Su labor como creador se inició en 1963 como letrista del incipiente canto popular y se consolidó algunos años después con la publicación de 20 mentiras de verdad, convertida prontamente en un clásico del género. A lo largo de los siguientes cuarenta años dio a conocer otros libros de cuentos y dos novelas infantiles (La bandera del jabalí y El fantasma del bucanero) que terminaron de definirlo, con aportes originales de alta calificación, como representante postrero de la escuela criollista del 45. Otras obras de neto valor pedagógico como la Antología de la narrativa infantil uruguaya e Historia de la literatura infantil uruguaya) en colaboración con Luis Neira), a la par de colaboraciones en revistas especializadas fueron ampliando su producción intelectual, que abarcó también obras de poesía.

Poema 20
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.
LA POBREZA
Ay no quieres,
te asusta
la pobreza,
no quieres
ir con zapatos rotos al mercado
y volver con el viejo vestido.
Amor, no amamos,
como quieren los ricos,
la miseria. Nosotros
la extirparemos como diente maligno
que hasta ahora ha mordido el corazón del hombre.
Pero no quiero
que la temas.
Si llega por mi culpa a tu morada,
si la pobreza expulsa
tus zapatos dorados,
que no expulse tu risa que es el pan de mi vida.
Si no puedes pagar el alquiler
sal al trabajo con paso orgulloso,
y piensa, amor, que yo te estoy mirando
y somos juntos la mayor riqueza
que jamás se reunió sobre la tierra.

Premio Horacio Quiroga (Por Enrique Cesio, incluido en el libro “Memorias ilustradas”, 2014)
"Quizá el aporte de mayor trascendencia realizado por la Comisión de Casa Quiroga, es el aprovechamiento del Fondo donado por Alba Romano Forteza, consistente en diez mil dólares, que en convenio con la Intendencia, quien debe aportar dos mil por año, sirve para sostener el Concurso del título de este capítulo.