Anotaciones Callejeras
Tenemos un buen descuento en cuanto a las naftas, que como decían los abuelos, "toquemos madera sin pata" para que siga.
Lo que incluso se aumenta con determinadas tarjetas. O sea, comprando esos combustibles con tarjetas de crédito y de débito se accede a naftas sin impuestos lo que reduce y mucho el precio final, con algunos beneficios extra como un cinco por ciento más con determinadas tarjetas.
Todo esto nos ayuda a los que vivimos en la frontera y ojalá que siga. Pero de todas maneras eso pasa en las estaciones de servicio formales y establecidas. Pero llama la atención que se siga vendiendo nafta en comercios barriales, o en casas de familia que advierten que tienen "nafta uruguaya a setenta pesos" por ejemplo. ¿Por qué pagarla a ese precio cuando se puede conseguir en las estaciones mucho más barata, de calidad, con los descuentos que marca la ley?
La respuesta nos la da un vendedor informal. "Pasa que mucha gente, más de la que usted cree, no tiene acceso a ninguna clase de tarjeta y por lo tanto no accede al descuento. Hay gente que la perdió por atrasos y no puede acceder a un plástico de esos entonces tienen que venir a nosotros para echar un poco de nafta, a veces vendemos medio litro. Lo otro es que mucha gente carga nafta fiada y paga cuando cobra y eso solo nosotros podemos hacerlo."
Por lo que vemos, y se da en todos los barrios, hay un mercado muy importante de venta de combustible en los barrios que ayudan a esa economía informal. Dejemos de lado, que no es menor, todo el tema de la seguridad, pues, por ejemplo, las estaciones de servicio son auditadas por este ítem. De todas formas son miles de motos en Salto echan de a litro, de a litro y medio y la van llevando. Los vendedores informales acceden al combustible con tarjeta, y como hay límites, usan a toda la familia y así se surten del combustible con descuento que luego comercializan al precio casi que común, el que se pagaría si no hubieran descuentos.
Un muchacho que no le hace asco a nada dice que le pagaron quinientos pesos el cantero de boniatos pero que dejó el alma cosechando esos frutos clásicos de la tierra salteña. Aparte le pagaban el cargar y descargar el camión, ahí por hora. Dice que para armarse de mil pesos en el día hay que dejar media cintura, pero sabe que no hay otra cosa y no le dice que no. El trabajo en las chacras es duro para llegar al pesito.
Comentarios potenciados por CComment