La Prensa Hacemos periodismo desde 1888

La historia es una ciencia en permanente revisión, si no lo hiciera perdería su condición y encanto. Los hechos son los hechos, sin embargo pueden variar sus interpretaciones. El presente, con sus luces, ilumina rincones del pasado, que no tienen vigencia eterna. De modo que pensar de nuevo es una necesidad ineludible e inquietante, especialmente al producirse cambios gigantescos, como se dieron en el pasado siglo XX y en este XXI que transitamos.

Con el ocaso del comunismo y el final de la dictadura del proletariado, el pensamiento de izquierda se adecuó al triunfo del capitalismo. Ciertos principios caducaron, por ejemplo la idea imperialismo-antiimperialismo leninista o centro y periferia de la Cepal, de alguna manera, asociadas al marxismo. Esto es aquello de que los países ricos impiden el desarrollo de los pobres.  

La China comunista al insertarse en el mundo capitalista vino a demostrar que el desarrollo industrial y tecnológico puede hacerse con el apoyo del imperialismo. ¡Si lo sabrá Trump! De modo que podríamos rever, a la luz de las novedades, viejos paradigmas. Pero antes y para ir al grano observemos algunas modernidades. La derecha de los países centrales apoya y alienta a la derecha de los países no centrales por ejemplo Trump a Bolsonaro. La izquierda multinacional,  con el Grupo de Puebla o el Foro de San Pablo, con Lula, el kirchnerismo argentino y la participacion de la izquierda uruguaya, ademas de la boliviana, venezolana y ecuatoriana, sumada al Grupo Puebla, con fluidos vínculos con la internacional progresista cuya cabeza visible es Noam Chomsky, filosofo estadounidense, militante marxista y demócrata, amigo de  Bernie Sanders, democrata, declarado socialista, actual senador de EE.UU.

Pero esto no es nuevo, America Latina paso del nacionalismo de los años 40, 50 y parte de los 60 a la izquierda revolucionaria, que fue combatida y puesta en retirada en los 70 como la expulsión del poder en Chile de Allende y la instauracion de la dictadura de Pinochet. Uruguay vivia por esos años el final de la accion de la guerrilla urbana de los Tupamaros y otros grupos minoritarios de la izquierda radical, para caer en la dictadura civico – militar.  El retorno de la democracia en el país, fue un trabajo de todos los partidos políticos y de la ciudadanía que dejó aflorar su  setimientos de profunda formación republicana, sumado a un desgaste especialmente del ala militar.

Tras ese retorno a un estado de derecho,  la izquierda logró instalarse en la educación  y en muchos sectores de la vida nacional, y por medio del Frente Amplio, llego al poder donde goberno durante 15 años. Los resultados a la vista están. En medio de una coyuntura ideal, que no se daba desde hacia 70 años,  lejos de apuntar al desarrollo y crecimiento economico, se desperdicio la oportunidad y se derrocharon millones y millones de dolares, logrando desequilibrar la economia nacional y alimentando un Estado demasiado pesado y burocrático.

La implantación de más derechos que obligaciones, llevó a un desequilibrio que la mayoría de la ciudadanía optó y votó por un cambio, el mismo que al presente es constantemente trabado, complicado por una ola de conflictos  que son más artificiales que reales. Las huelgas en el puerto de Montevideo, entorpeciendo e impidiendo embarques de exportaciones  seguido por paros perlados en casi todas las actividades, principalmente estatales, dejan prueba de la pulseada de un sindicalismo politizado e interesado en mantener su “derechos adquiridos” sobre sus obligaciones, sin importar el perjuicio económico-social que se produce a la república, es la tónica actual. Nada nuevo para quienes vivimos los duros años 60/70. Hoy tenemos una situacion sanitaria complicada por la pandemia que parece no tener fin, pese a lo cual el gobierno actual, administra y gestiona mejor que los anteriores, pese al duro escollo que un día si y otro también levanta la oposición. Todo en un clima de hostilidad, de brecha que se niega, pero que innegablemente existe, con una izquierda que reclama diálogo, participacion y con declaraciones y acciones, vuela puentes. Todo lo que viene a conspirar con un deseable y necesariamente manejo del pais, en esta dificiles circunstancias. 

Se insiste en alentar un estado costoso, pesado, que beneficia a unos pocos y complica a la mayoria. Al menos, en el acierto o error, no me creo el dueño de la verdad,  pero veo y considero como lo expongo en estas lineas.

Comentarios potenciados por CComment

Ranking
Recibirás en tu correo electrónico las noticias más destacadas de cada día.

Podría Interesarte