Lo positivo de volver al lápiz y el papel
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Por José Pedro Cardozo
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director@laprensa.com.uy

A pesar del avance de la tecnología y el uso creciente de teclados y pantallas, diversos estudios científicos recopilados por National Geographic han demostrado que la escritura a mano ofrece beneficios neurológicos y cognitivos que no pueden ser igualados por la mecanografía. Desde fortalecer la concentración hasta estimular múltiples regiones cerebrales, escribir a mano se posiciona como una práctica fundamental para el aprendizaje y la memoria.
En la última década, la escritura manual ha sido desplazada de diversas actividades por los dispositivos digitales. Sin embargo, investigaciones realizadas en países como Japón, Noruega y Estados Unidos revelan que las personas recuerdan mejor lo que escriben a mano que lo que escriben en computadoras.
Uno de los aspectos claves señalados por los científicos es el rol de los mecanismos sensoriales y motores en el proceso de escritura. Al sostener un bolígrafo, aplicar presión sobre el papel y mover la mano para formar letras, se activa una compleja red de procesos cognitivo-motores. Esto no solo favorece la atención y la concentración, sino que también mejora habilidades lingüísticas como la ortografía y la lectura, especialmente en la infancia.
Desde el Instituto del Cerebro y la Creatividad de la Universidad del Sur de California, se informó que el cerebro humano está diseñado evolutivamente para procesar información sensorial y motora. Estas áreas, involucradas en el tacto y el movimiento durante la escritura manual, también participan en funciones cognitivas superiores como el aprendizaje y la memoria.
Otra investigación llevada a cabo por la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología refuerza estos hallazgos. Utilizando electroencefalogramas (EEG), analizaron la actividad cerebral de estudiantes universitarios que escribían con un bolígrafo digital o con un teclado. Los resultados fueron contundentes: al escribir a mano, se activaba todo el cerebro, mientras que la mecanografía solo estimulaba zonas más reducidas. Además, durante la escritura manual se registraron ondas cerebrales alfa y theta, vinculadas al aprendizaje, que no aparecían durante el tipeo.
A pesar de esta evidencia, en Estados Unidos la enseñanza de la escritura cursiva fue eliminada de los Estándares Básicos Comunes. No obstante, varios estados decidieron restablecerla en reconocimiento a sus beneficios. Esta medida refleja una reevaluación de las políticas educativas a la luz de las investigaciones científicas actuales.
Los expertos también subrayan la importancia de mantener el hábito de escribir a mano en la adultez. El practicar la escritura manual es “mantener una carretera muy transitada”, en referencia a la necesidad de conservar activas las conexiones neuronales a lo largo de la vida.
De esta manera, se destaca que la escritura a mano no es simplemente una habilidad antigua o una técnica educativa superada por la tecnología. Por el contrario, es una herramienta esencial para el desarrollo cognitivo y el bienestar cerebral. A través del uso del tacto, el movimiento y la atención, escribir a mano fortalece la memoria, la concentración y el aprendizaje, y debe seguir siendo promovida tanto en la infancia como en la adultez, incluso en un mundo cada vez más digital.
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