En horas Albisu hizo más que Lima en un año
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Por Mario Kroeff Devincenzi
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mkroeff@laprensa.com.uy

Serían las dos o tres de la mañana del lunes 12, y Albisu estaba festejando la victoria de las elecciones en un acto de Plaza 33. Apenas unas horas después, cerca del mediodía, los titulares de los medios eran que el intendente electo comenzaba la transición con una visita a la intendente en funciones Ingrid Urroz. Hacía ocho horas estaba en la plaza festejando y luego ya estaba en el despacho de la intendente, como si nada, muy pancho empezando a trabajar para su próxima asunción a la intendencia de Salto. Notable, un gesto simbólico de gran significación, dicho sea de paso, al día siguiente viajó a Montevideo para los protocolos formales, el encuentro con inversores para Salto y la generación de nuevos puestos de trabajo. La Corte Electoral no finalizó el escrutinio departamental y la proclamación oficial de Albisu y el hombre ya trabajó más que un año efectivo de Andrés Lima en el poder.
Estaba previsto una conferencia con los medios locales en el Salón de Actos del Palacio Córdoba, a posterori de encuentro con Urroz pero resulta que por expresa orden del gobierno se argumentó que no se podía realizar en ese ámbito porque se consideraba un acto proselitista impropio en un espacio de la intendencia. Una sorpresa y detalle de mal gusto, presagio de transición complicada, falta de empatía y respeto con el gobierno que se aproxima. Albisu y su comitiva debieron trasladarse entonces a la Plazoleta Roosevelt para realizar la Conferencia, de parados y al aire libre se libró la conversación con los periodistas presentes, que eran muchos.
Mala jugada del gobierno en funciones. Una falta de respeto. De ninguna manera podía sospecharse un acto proselitista, la campaña electoral finalizó, con los resultados conocidos, se trataba meramente de una conferencia de prensa del intendente electo. Acto proselitista era la Exposición de los 10 años de gestión de la Intendencia de Salto que Urroz pretendía hacer con bombos y platillos en la Plaza Treinta y Tres apenas 48 horas del acto electoral y en plena veda política impuesta por la ley, evento que finalmente suspendieron por el escandalo que resultaba semejante violación expresa de la ley.
Se perdió más de que lo que se ganó, una muestra de resentimiento por la victoria de los adversarios, falta de respeto institucional y las reglas de la democracia, un detalle que no es menor y puede valer mucho.
Dicho sea de paso, me interesa tres pepinos la transición de gobierno y los términos de la misma; lo único verdaderamente importante sería el encuentro entre los contadores municipales frentistas y el equipo encabezado por Walter Texeira que ocupará el cargo en un mes. Hay que saber los detalles del presupuesto, las previsiones de recursos, el estado contable, el dinero disponible ahora y en los próximos meses, tener en cuenta los imponderables y tratar de zafar o anticipar cualquier crisis a la brevedad. Lo demás, no existe, no hay nada, no es relevante, lucecitas de colores desteñidos, nada más.
Un hombre cuestionado por su gestión en la CTM de Salto Grande, su condición de gobernador paralelo del departamento, por el despilfarro y descontrol en el uso de los recursos de la obra binacional, por otro lado meras acusaciones infundadas y relato de campaña electoral para embarrar al adversario, supo ganarse la confianza de la gran mayoría ciudadana que lo votó masivamente, no consideró validas ni relevantes las presuntas críticas sobre su gestión. Solo Albisu es más que el Frente Amplio, y la Coalición Republicana misma tiene más votos que los obtenidos en octubre pasado, que ya habían sido mayoría. Su palabra y autoridad moral y política tiene el respaldo de miles de salteños que avalan su gestión de manera que el camino lleno de dificultades podrá ser sorteado con solvencia, capacidad y amor por Salto.
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