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En un contexto donde la tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, las estafas también evolucionan. Las autoridades advierten que hoy los delincuentes no solo actúan desde dentro del país, sino también desde el exterior, aprovechando las redes sociales, las aplicaciones bancarias y la confianza de las personas. Desde la Policía Comunitaria de Salto, el agente Miguel Soto forma parte de una campaña para concientizar a la población sobre los múltiples engaños que circulan día a día.

“Estamos haciendo una campaña de prevención de estafa. Con la tecnología no solo crecemos, también quedamos expuestos a ciberdelincuentes que continuamente intentan atacarnos”, explicó Soto en diálogo con La Prensa.

La iniciativa forma parte de los proyectos trimestrales de prevención que impulsa la Policía Comunitaria, centrados en la educación y el contacto directo con la comunidad. “Cada tres meses renovamos los temas. Este año vimos que han cambiado las modalidades de estafa y es importante advertir a la población”, señaló.

El “cuento del tío” y los falsos familiares en apuros

Una de las modalidades más frecuentes sigue siendo el conocido “cuento del tío”, en el que los estafadores simulan una emergencia familiar para provocar desesperación en la víctima. “Reciben un llamado de alguien que dice ser un hijo, un sobrino o un conocido que tuvo un accidente y necesita dinero urgente para un abogado o para una operación. Juegan con la desesperación y logran que la persona actúe sin pensar”, detalló el agente. Soto enfatizó que en esos casos lo primero es dudar y corroborar la información antes de realizar cualquier transferencia. “Hay que verificar la veracidad del hecho. Si realmente un familiar tuvo un accidente, es preferible tomarse un momento y consultar antes de actuar”, agregó.

Las billeteras virtuales y el robo de identidad

Otra modalidad en crecimiento es la que involucra billeteras virtuales y aplicaciones bancarias. Los estafadores se hacen pasar por funcionarios de entes públicos o bancos y solicitan códigos o contraseñas con el pretexto de evitar el corte de un servicio. “Jamás te va a llamar un banco o una financiera para pedirte tus datos. Ni siquiera los gerentes de los bancos tienen acceso al usuario o contraseña de un cliente”, explicó Soto.
El agente recomendó usar las herramientas digitales “con precaución”, y ante cualquier duda, acudir personalmente a la sucursal en lugar de brindar información por teléfono o redes sociales.

El robo de redes sociales y el “phishing”

El robo de cuentas de WhatsApp, Facebook o Instagram se ha convertido en una práctica común. Los delincuentes engañan a los usuarios para que les envíen un código de seis dígitos que llega por SMS, con el que luego se apropian de sus cuentas.“Creyendo que van a recibir un paquete o un regalo, la persona entrega ese código. Luego el estafador usa sus contactos para seguir delinquiendo, pidiendo dinero a familiares o amigos”, advirtió Soto. Este método forma parte del phishing, una táctica donde los delincuentes “pescan” víctimas hasta que alguien cae. Por eso, insistió, nunca se deben compartir códigos ni contraseñas, y siempre se debe verificar la autenticidad del mensaje.

Sexting, amor virtual y extorsión

Otra tendencia alarmante es la de los falsos romances por internet, que muchas veces terminan en chantajes.
“La tecnología permite enamorarse, pero no sabemos quién está detrás de un perfil. Hay casos en los que una persona se gana la confianza de otra, intercambian fotos íntimas y luego la extorsionan”, relató el agente.

En algunos episodios, los estafadores se hacen pasar por autoridades policiales extranjeras incluso mencionando a Interpol para presionar a la víctima a pagar dinero y evitar una supuesta denuncia.
“Fue víctima de una estafa, nada más. Hay que tener mucho cuidado con lo que compartimos y con quién lo hacemos”, remarcó.

Ofertas falsas y sitios fraudulentos

Los estafadores también usan anuncios falsos y promociones inexistentes. Suelen imitar la imagen de empresas reconocidas como ANCAP, supermercados o bancos.
“Hace poco, un supermercado nuevo fue usado para difundir una estafa. Mandaban links falsos por WhatsApp que se hacían virales”, contó Soto.

Para estos casos, el Ministerio del Interior habilitó una línea oficial llamada Verifica (098 111 911), a la que se puede enviar el enlace sospechoso para confirmar si se trata de una oferta real o de un fraude.

Además, se advierte sobre los sitios falsos de compraventa o “marketplaces” no verificados, donde se ofrecen vehículos, electrodomésticos o alquileres de verano. “Existen automotoras ficticias que copian imágenes de empresas reales. En el este del país se han dado muchos casos de personas que transfirieron dinero por el alquiler de una casa que no existía”, señaló el agente.

La inteligencia artificial, una nueva amenaza en el horizonte

Consultado sobre el uso de inteligencia artificial (IA) en las estafas, Soto reconoció que es una tecnología que podría agravar la situación en el futuro.
“La IA puede imitar una voz o una imagen, pero no puede saber detalles personales, como cuándo fue la última vez que nos vimos o de qué color era mi primera moto”, explicó.

Por eso, aconsejó hacer preguntas personales ante llamadas sospechosas. “Si me llama alguien haciéndose pasar por un conocido, pero no sabe cosas simples de mi vida, probablemente sea un engaño.”

El daño económico y emocional

Más allá de las pérdidas materiales, el policía comunitario subrayó el impacto psicológico que sufren las víctimas.
“Hay personas que pierden los ahorros de toda su vida o que quedan con miedo de usar la tecnología. No solo es un delito económico, también deja un daño emocional profundo”, expresó.

Por ese motivo, la campaña de prevención se enfoca especialmente en adultos mayores, quienes suelen ser los más vulnerables. “Debemos cuidarlos, hablar con ellos, advertirles de estos riesgos. Si reciben un mensaje o una llamada sospechosa, que consulten antes de hacer cualquier movimiento.”

Educar, prevenir y desconfiar

La Policía Comunitaria realiza talleres en escuelas, medios de comunicación y organizaciones vecinales, con un mensaje claro: “Desconfiar para no caer”.
“El objetivo es llegar a toda la comunidad. Trabajamos siete efectivos en el PECOP y nos apoyamos mucho en la difusión.

La regla de oro, “Dudar, desconfiar y proteger nuestros datos. Si algo parece demasiado bueno para ser cierto, probablemente no lo sea.”

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