La lluvia del sábado pasado, hizo que la marcha prevista para ese día se postergara una semana. Así que será hoy, de Plaza Artigas a Plaza Treinta y Tres, desde la hora 18. Lo que sigue son algunos pasajes expresados a ese vespertino por parte de la organización de la marcha.

Los animales también sienten: el maltrato no puede ser invisibilizado

El maltrato animal no siempre es un grito ni una herida visible. A menudo, se esconde en lo cotidiano: un perro atado bajo el sol, sin agua ni comida; una gata pariendo en la mugre; un animal enfermo, abandonado a su suerte. Estas escenas, tristemente frecuentes, son formas de violencia que muchos prefieren ignorar, pero no por eso dejan de ser crueles.

Los animales sienten. Experimentan dolor, miedo, angustia, frío y hambre, igual que cualquier ser humano. No son objetos ni adornos. Son seres vivos con derechos básicos que debemos respetar. Y sin embargo, el maltrato animal sigue siendo una realidad silenciada, normalizada por la costumbre o el desconocimiento.

Violencia

La violencia no siempre es física: también es abandono, negligencia y descuido. No llevar a una mascota al veterinario cuando está enferma, permitir su reproducción descontrolada, o dejarla vivir en condiciones inhumanas, son todas formas de maltrato. La ley lo reconoce, pero la sociedad aún debe abrir los ojos.

Por eso, la denuncia es clave. No podemos ser cómplices con nuestro silencio. Existen canales formales, como el Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA) o las comisarías, que reciben denuncias incluso de forma anónima. También las redes sociales pueden ser herramientas para alertar, compartir información y lograr que alguien actúe a tiempo.

Respeto

Una sociedad justa se construye también desde el respeto hacia los más vulnerables. Los animales no tienen voz, pero nosotros sí. Denunciar el maltrato, educar a otros, promover la empatía y la tenencia responsable son acciones que transforman realidades. Porque una comunidad que maltrata a sus animales no puede llamarse verdaderamente humana.

No miremos para otro lado. El sufrimiento animal existe, y es nuestra responsabilidad visibilizarlo y erradicarlo.