
Florencia Berniz /
Creatividad, constancia y pasión en cada puntada
En un rincón acogedor de Avenida Paraguay 2478 (hoy rebautizada como Enrique Amorín), se encuentra el showroom y taller de Florencia Berniz, una joven que, con solo 20 años, ha logrado construir un emprendimiento sólido y lleno de alma. Con la sonrisa tranquila de quien ama lo que hace, Florencia comparte su historia en una entrevista para la sala de streaming de Diario La Prensa, inspirando a todos aquellos que sueñan con vivir de su creatividad.
El camino de Florencia no comenzó en aulas sofisticadas ni con grandes inversiones. Su aventura nació en plena pandemia de 2020, en un contexto incierto donde la mayoría optó por pausar proyectos y esperar. Ella, sin embargo, decidió lanzarse a la piscina. Y nadó. Nadó con fuerza, decisión y, sobre todo, con una convicción admirable: "No me iba a cruzar de brazos. Algo tenía que hacer".
Una pasión desde la infancia
Florencia cuenta que siempre fue “de las manualidades”: desde pequeña tejía, hacía pulseras y se perdía entre lanas, hilos y colores. Esa inclinación innata por lo artesanal encontró un vehículo durante el aislamiento pandémico, cuando, mientras estudiaba la Tecnicatura en Administración de Empresas en UTU, las clases virtuales dejaban tiempo libre que ella transformó en productividad.
Su padre le había regalado dos máquinas de coser domésticas. Fue ahí donde todo comenzó. “Empecé con accesorios sencillos: sombreros, cartucheras… Después fui creciendo e incorporando más productos, incluyendo indumentaria. Hoy ya tengo mi propio showroom, que también funciona como taller. Las clientas pueden ver no solo el producto terminado, sino también el detrás de escena. Eso me parece muy importante”, relata con entusiasmo.
Autodidacta y orgullosa
No asistió a academias de diseño, ni hizo cursos formales de costura. Su formación es autodidacta, un proceso que Florencia define como “prueba y error”. Youtube, Pinterest y mucha práctica fueron sus grandes maestros. “Todo lo que sé lo aprendí investigando. Hoy en día sigo mejorando la calidad y las técnicas gracias a la práctica constante”, dice.
Esta filosofía de mejora continua es también el alma de su emprendimiento, Diseños en Flor, un proyecto que ya no es un simple “hobby rentable”, sino una microempresa en expansión.
Accesorios, ropa a medida y amor por todos los talles
Florencia confecciona buzos canguro desde el talle XS hasta el 5XL. “Trabajo con talles reales. Mis clientas saben que lo que compran les queda bien, y no cobro diferente según el talle. Me gusta que todas se sientan cómodas y representadas”, explica. Esta inclusión no es solo un detalle comercial, sino un posicionamiento claro sobre la moda: accesible, personalizable y diversa.
Además de indumentaria, su catálogo incluye bolsos, riñoneras y accesorios que pueden elegirse a medida. El cliente puede decidir el color, el material —tela, cuero o una combinación de ambos— y el estilo. Nada es en serie. “No hago dos productos iguales. Siempre les cambio algo, aunque sea un detalle mínimo. Cada pieza es única”.
Del hilo al cuero, un salto técnico
Cuando se trata de trabajar con cuero, la cosa cambia. Florencia explica que se necesita equipamiento industrial específico, técnicas más complejas y procesos más largos. “El cuero no se cose como la tela. Primero hay que pegarlo con cemento especial, y luego coserlo. Afortunadamente hoy tengo las máquinas industriales adecuadas para trabajar bien”, señala con orgullo.
Este nivel de profesionalización no llegó de un día para otro. Fue fruto del esfuerzo y de la reinversión constante. De hecho, hace poco adquirió una nueva máquina industrial para seguir mejorando la calidad de sus productos, algo que considera clave para consolidar su marca.
Constancia y amor por lo que se hace
Florencia insiste en que emprender no es fácil. Hay meses buenos y otros no tanto. Pero la clave, dice, es no rendirse. “El otro día una seguidora me dijo que me admiraba, que ella había sido costurera pero se bajoneó porque no le querían pagar lo que valía su trabajo. Eso me pegó. Yo también me desanimo a veces, pero la constancia es todo. Si te apasiona lo que hacés, no hay que tirar la toalla”.
Ese mensaje, dicho con humildad y honestidad, resume su filosofía de vida. Florencia no maquilla la realidad del emprendedurismo. Al contrario: la abraza. “Si veo que un producto no funciona como pensaba, pruebo otra cosa. Nunca me quedo estancada. Siempre busco lo que le gusta a la gente y me ayuda a salir adelante”.
Un showroom que es también experiencia
En su showroom no solo se compran productos; se vive el proceso. Las clientas pueden tocar las telas, ver los materiales, hablar con la creadora y diseñar juntas. “Me gusta que puedan elegir no solo cómo se ve su producto, sino también cómo se siente”, dice.
Por ahora trabaja sola, pero no descarta formar un equipo en el futuro. “Yo estoy detrás de todo: diseño, confección, redes sociales, atención al cliente. Pero vamos paso a paso. Esto recién empieza”.
Redes, contacto y futuro
Florencia está presente en redes sociales a través de su cuenta de Instagram @disenosenflor.ui, donde sube fotos de sus creaciones, responde consultas y comparte parte de su proceso creativo. También se la puede contactar por WhatsApp al 098 44 28 35.
Aunque no tiene un plan maestro, su visión a futuro es clara: crecer sin perder la esencia. “Quiero seguir creando, mejorando, escuchando a mis clientas y haciendo productos únicos. No quiero que esto se transforme en una producción en serie. Quiero que siga teniendo alma”.
Un mensaje para quienes están por rendirse
Casi al cierre de la entrevista, Florencia deja un consejo que merece ser subrayado: “Si algo realmente te llena el alma, seguí con todas tus fuerzas. El éxito no es solo vender, es levantarse cada día con ganas de hacer lo que amás”. Y en tiempos donde muchos jóvenes enfrentan incertidumbre y falta de oportunidades, la historia de Florencia Berniz no solo inspira: invita a accionar. A hacer con las manos, a crear desde el corazón, y a confiar en que con constancia, pasión y un poquito de hilo... se puede coser un sueño.
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