“Hoy el Uruguay está dividido en dos, y los espacios para los partidos chicos se acortan”, advirtió el dirigente político salteño.

En una entrevista transmitida desde la sala de streaming del diario La Prensa, Hoover Rosas, dirigente del Partido Independiente y referente político de Salto, compartió un análisis del presente y futuro del sistema político uruguayo, tras los recientes procesos electorales. Con un tono mesurado pero firme, Rosas abordó los desafíos de los partidos menores, la importancia de la articulación en torno a la coalición republicana y su visión sobre el rol que debe jugar el Partido Independiente en los gobiernos departamentales y nacionales.

“El Partido Independiente vive y lucha”

Rosas comenzó su intervención agradeciendo el espacio, para luego trazar un diagnóstico político tras las elecciones nacionales y departamentales. Aunque reconoció que no se cumplieron los objetivos del partido particularmente el de alcanzar una banca en el Senado destacó el crecimiento del caudal electoral con respecto a 2019, y reivindicó la persistencia y presencia del Partido Independiente en todo el país.

“El sábado pasado estuvimos reunidos en Montevideo en una Junta Federal, con representación de 17 de los 19 departamentos. Seguimos discutiendo política y planificando el camino a seguir”, relató Rosas, subrayando que el análisis del ciclo electoral reciente debe ir más allá de los números.

Para el dirigente, el escenario político actual se caracteriza por una creciente polarización. “El Uruguay se ha dividido en dos: por un lado la coalición republicana, y por otro el Frente Amplio. En ese esquema, el espacio para los partidos chicos se va reduciendo, lo cual nos obliga a repensar estrategias”, afirmó.

Avances en el interior, nuevos ediles, nuevas oportunidades

Una de las mayores novedades de esta etapa para el Partido Independiente ha sido la obtención de bancas en juntas departamentales, algo históricamente esquivo para la agrupación. Rosas destacó el logro en Maldonado, donde se obtuvo un edil titular, así como otros departamentos en los que se alcanzó la primera línea de suplencias, con acuerdos ya firmados para la participación activa.

“Esto nos abre un abanico nuevo, tanto en experiencia como en incidencia. Es un aprendizaje también”, explicó. En Salto, por ejemplo, Rosas se sumó a la lista 434 liderada por María Eugenia Taruselli, un colectivo que integró a militantes de diversos sectores, Partido Nacional, Cabildo Abierto, Partido Colorado e independientes.

“Fue una coalición real, con perfiles distintos pero trabajando en conjunto. Creo que esto marca un precedente importante y señala el camino a seguir”, sostuvo.

Errores y lecciones, lo que faltó en las nacionales

Al referirse a los resultados electorales, Rosas fue crítico con la falta de una estrategia común más robusta dentro de la coalición republicana. “En octubre votamos todos separados y sacamos el 48%. Un mes después, en noviembre, perdimos 90.000 votos y no logramos la mayoría. Hay algo que no se entendió bien por parte del electorado”, lamentó.

A su entender, se cometieron errores tanto en la comunicación como en la coordinación de la coalición. “No se aprovechó ese mes entre las dos vueltas para consolidar el mensaje. El Frente Amplio ganó con menos votos que los que sumamos nosotros en la primera vuelta”, afirmó.

Además, cuestionó la falta de integración efectiva del Partido Independiente en lugares donde podría haber influido. Citó el caso de Lavalleja como ejemplo: “Perdieron por poco más de cien votos. Nosotros habíamos sacado 300, pero no fuimos convocados por el Partido Nacional. ¿Qué hubiese pasado si se nos incluía?”

Una coalición heterogénea pero posible

Rosas reafirmó su compromiso con la coalición republicana, aunque insistió en la necesidad de dotarla de mayor coherencia programática. “Hoy tenemos dentro de la coalición a sectores Ballistas, Herreristas, Wilsonistas, Socialdemócratas y de centro izquierda, como nosotros. Esa diversidad es una riqueza, pero también un desafío que hay que asumir con madurez política.”

Reconoció que uno de los errores del Partido Independiente fue “mantener los desacuerdos solo en la mesa interna”, mientras que otros partidos hacían públicas sus diferencias. “Es una lección que debemos aprender. A veces ser el más correcto no te da los mejores resultados políticos”, reflexionó.

Gobierno departamental, propuestas, diálogo y compromiso

Consultado sobre el nuevo gobierno de Carlos Albisu en Salto, Rosas manifestó una actitud positiva. Recordó que apoyaron activamente su candidatura y que, tras la victoria, entregaron al intendente electo una carpeta con propuestas en áreas como deporte, descentralización, tránsito y comisiones vecinales.

“Nos interesaba que conociera nuestra visión. Ahora estamos en una etapa de definiciones, donde él tendrá que decidir si quiere que participemos directamente en la gestión. Nosotros no vamos a forzar nada, pero tampoco vamos a renunciar a colaborar si se nos da el espacio”, aclaró.

En ese marco, Rosas no ocultó su vocación de servicio ni sus aspiraciones. “A mí me gustaría estar en un lugar donde me sienta útil, donde sepa que puedo aportar. Como político tengo sueños: quiero ser diputado por Salto y también intendente, y voy a trabajar por eso”, afirmó con convicción.

Perseverancia y realismo

Hoover Rosas se definió como “un peregrino de la política” y reivindicó la constancia como virtud central de su camino. “El peregrino tiene que peregrinar hasta lograr convencer a la gente”, expresó con tono poético.

Su paso por La Prensa dejó un mensaje claro, el Partido Independiente no se rinde, sino que se adapta, aprende y busca nuevas formas de incidir en un sistema político que tiende a la concentración. Para Rosas, la coalición republicana representa tanto un reto como una oportunidad. Y el trabajo en los departamentos, lejos de ser una cuestión secundaria, puede ser la clave para reconstruir una política más integradora, diversa y realista.