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En este artículo vamos a explicar la importancia de los rituales y rutinas en la vida, desde la mirada psicológica, dado que son fundamentales por su impacto en la salud mental, el bienestar y la adaptación.

¿Para qué sirven los rituales y las rutinas?

Los rituales, al ser intencionales y significativos, pueden reducir la ansiedad y el estrés, proporcionar un sentido de control y fomentar la conexión con uno mismo y el mundo. Las rutinas, por otro lado, ofrecen estructura, previsibilidad y ayudan a automatizar comportamientos saludables.

Rituales

Reducción de la ansiedad y el estrés. Al ser repetitivos y predecibles, pueden crear una sensación de seguridad y control en situaciones estresantes, reduciendo la ansiedad.

Sentido de propósito y significado. Al ser intencionales y con significado personal, ayudan a encontrar un sentido de propósito en la vida y a fomentar la autoeficacia.

Conexión con uno mismo y el mundo. Conectan con uno mismo, con los demás y con el mundo natural, promoviendo la atención plena y la gratitud.

Adaptación a situaciones de cambio. Ayuda a la adaptación al cambio, como transiciones en la vida, al proporcionar una estructura y un sentido de continuidad.

Rutinas

Organización y estructura. Proporcionan una estructura diaria, ayudan a organizar el tiempo, las tareas y las responsabilidades.

Automatización de comportamientos saludables. Ayudan a automatizar comportamientos saludables, como el ejercicio, la alimentación y el sueño, mejora la salud física y mental.

Aumento de la productividad y la eficiencia. Aumentan la productividad y la eficiencia al eliminar la necesidad de tomar decisiones repetidamente y al proporcionar una estructura para el trabajo.

Reducción de la ansiedad y la incertidumbre. Otorga una estructura y previsibilidad, ayuda a reducir la ansiedad y la incertidumbre que pueden surgir en la vida cotidiana.

¿Cómo aplicarlos en nuestra familia y en nuestra vida?

Nos ayudan a saber qué se espera de cada uno de nosotros en cada instante y explicita las creencias compartidas e identidades comunes. Un ejemplo: la distribución de tareas según las edades y disponibilidad de tiempo de cada integrante genera una mejor convivencia y un orden. Así cada uno sabe qué día debe y le compete hacer, se sugiere que en un lugar visible, como pegado en la heladera o un aparador a la vista, se puedan colocar las rutinas de cada integrante y las actividades hogareñas que cada día de la semana se acordó que le toca realizar.

A los/as niños/as y adolescentes ayuda mucho para aprender a organizarse y formar parte de su organización cotidiana. A los adultos también ayuda a saber qué le toca hacer a cada uno y evitar continuamente generar la repetición de los pedidos.

La familia junta para almorzar

Un ejemplo puede ser estipular todos los días a las 12 y 30 se reúne la familia para almorzar, y quien se encarga del almuerzo es tal o cual integrante, y quien pone la mesa y tal y quien lava los platos es cual, así cada quien tiene la rutina de la actividad que le corresponde. La creación y el mantenimiento de rutinas y rituales resulta un elemento central de la vida familiar y constituye un andamiaje para el desarrollo de todos los integrantes. El itinerario cotidiano ayuda a la definición no sólo de las “reglas internas” del núcleo familiar sino además del aspecto de cómo entienden y se relacionan con el resto del mundo.

Herramientas poderosas

Son herramientas poderosas para mejorar la salud mental, el bienestar y la adaptación, al proporcionar estructura, previsibilidad, significado y conexión. En psicología, se pueden utilizar tanto en terapia individual como en terapia de grupo para promover el cambio y el crecimiento personal.

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