LA PRENSA dialogó con la profesora Natalia Fonseca quien se encuentra en el viejo continente acompañando la gira de “Acordeones del Uruguay”.

¿Qué has visto en esta gira europea con los Acordeones de Uruguay?

A principios de noviembre viajamos de Montevideo a Madrid, y luego continuamos a Berlín para compartir parte de nuestra cultura. Allí tuvimos la oportunidad de tocar y mostrar un pedacito del Uruguay. Después el Cónsul nos invitó a un evento muy tradicional, espectacular y muy bien organizado. De allí seguimos hacia Stradella, en Italia. Nos alojamos en Milán, donde vivimos una experiencia similar, con muy buena recepción. Luego volvimos a España, actuando en la Plaza de Salamanca. Y ahora, el 19, 20 y 21, estamos en Granada participando en un foro sobre discapacidad e inteligencias múltiples.

Cómo viste al público en cada presentación

La gente se mostró muy animada. Allá oscurece muy temprano, a las cuatro de la tarde ya es de noche. Nosotros llegábamos como a las seis y media a los lugares donde actuábamos y siempre nos recibían con mucho afecto y entusiasmo. Les encantó la propuesta. En Berlín la actuación fue en una iglesia luterana. Allí también se presentó “La Estrella Salteña”, Yuyito da Rosa, que cantó un tango precioso. Quedaron fascinados tanto con su interpretación como con nuestra cultura.

¿Y cómo los recibieron en los demás países, especialmente cuando tocaban clásicos como “La Cumparsita”?

Siempre con una reacción impresionante. En Stradella también conocían el tango y les llamaba mucho la atención.

¿Y cómo resolvieron el tema del idioma durante la gira?

En Berlín fue complicado, porque la barrera del idioma es grande. Pero en Neuhaus, un pueblito a unos 350 o 400 km de Berlín, nos recibieron con muchísima calidez. El Cónsul estuvo acompañándonos y nos hicieron una bienvenida con comida típica alemana. Un detalle precioso. En Italia fue totalmente diferente: el humor, la forma de ser… más cercana a la nuestra. Y Madrid… ¡Madrid es como nuestra segunda casa! Así lo definiría.

¿Qué fue lo que más te llamó la atención de toda esta gira?

El apoyo de la gente, sin dudas. La admiración por la cultura uruguaya. En España saben bien dónde queda Uruguay, y en todos los lugares donde tocamos nos recibieron bárbaro. “La Cumparsita” les encanta, “El día que me quieras”, que cantó Yuyito, fue espectacular. Algunos cantaban con nosotros. También tocamos canciones típicas alemanas en acordeón, lo que generó mucha emoción.

¿Viste algo en estas ciudades que podría aplicarse en Salto en lo cultural o urbanístico?

En lo cultural, perfectamente podríamos hacer eventos de acordeón en nuestro departamento. Lo hacemos afuera, pero acá no… Sería hermoso que en una plaza aparecieran músicos espontáneamente: una trompeta por un lado, un acordeonista por otro… Como esas intervenciones urbanas que se hacen en Europa. En lo urbanístico me llamó la atención la peatonal de una de las ciudades: cuando un taxi debe pasar, un mojón baja automáticamente mediante un sensor. Permite el acceso solo a taxis. Es moderno, funcional y accesible.

¿Querés agregar algo más?

Sí. Felicitar a Silvio Previale y al grupo de acordeonistas. Son espectaculares y se perfeccionan día a día. Creo que en nuestro departamento deberíamos valorar más la cultura que tenemos, y no esperar a que la valoren en el exterior. Es un debe que tenemos como salteños: reconocer a nuestras figuras, como los acordeonistas y como Yuyito, que canta maravilloso y no siempre recibe el reconocimiento que merece. Hay que empezar por casa.