La escritora y estudiante de trabajo social Victoria Beneditto Lluberas presentó su tercer libro, Entre vínculos y desvínculos, una colección de poesías y textos breves que nacen de experiencias personales, de la distancia familiar y de los procesos emocionales que acompañan el crecimiento. En una entrevista en el Streaming de Diario La Prensa, Victoria habló de su camino como autora, de su relación con la escritura y del papel fundamental que su madre tuvo en este recorrido creativo.

Un viaje entre dos ciudades

El proceso de creación de Entre vínculos y desvínculos comenzó hace tres años, cuando Victoria todavía vivía en Salto. “Tenía ganas de escribir algo con poemas, con poesías, porque hacía tiempo me había copado ese estilo y no encontraba el proceso”, contó. Sin embargo, su vida dio un giro cuando se mudó a Montevideo para continuar sus estudios universitarios. Esa mudanza significó dejar atrás su casa, su familia y su rutina: “Toda mi vida había vivido en Salto, muy arraigada a mi madre. De pronto me vi en otra ciudad, otra vida, otras experiencias”.

Durante ese tiempo, la escritura quedó en pausa. “Empecé mi tesis, y no fue fácil. Tuve que dejar mucho la escritura de lado”, recordó. Pero fue justamente ese trabajo académico, centrado en los vínculos humanos, lo que la llevó de manera inconsciente a reencontrarse con su propia voz poética. “Sin buscarlo, volvió. Y así fue como nació el libro: de experiencias, de nuevos procesos, de nuevas personas”.

La poesía como refugio

Uno de los poemas más emotivos que compartió en la entrevista se titula “Si me voy”. Es un texto que habla del desarraigo, del hogar y de los recuerdos. Victoria confesó que lo escribió en un momento de profunda nostalgia, “Extrañaba mucho, estaba trancada en la tesis y me quería volver, pero sabía que tenía que quedarme a terminar los estudios. Salió de ahí, de extrañar”.

La autora reconoce que su escritura es profundamente emocional. “Escribo cuando realmente siento cosas. A veces me siento triste, feliz, y quiero poner eso. Quizás empiece con una frase y termina siendo un poema. Es cuando siento, no cuando me obligo”.
Para ella, escribir es una forma de sanar. “Nace de algún sentimiento. No importa si es bueno o malo. Es bueno sacar lo que sentimos y hacer el proceso. Uno nunca sabe dónde va a terminar”.

De la adolescencia a la autora publicada

Curiosamente, Victoria no fue una lectora apasionada en su niñez. “De chica no me gustaba leer, mi madre me tenía que obligar”, confesó entre risas. Fue en la adolescencia cuando descubrió el placer de inventar historias y escribirlas. En 2019, decidió compartir sus textos en redes sociales y nació su cuenta de Instagram @victoriaenletras, donde publica poesías y reflexiones que conectan con cientos de lectores.

“Yo a través de la escritura expreso cosas que en la oralidad no me animo o no encuentro las palabras en el instante. Escribiendo se me hace todo más fácil”. Su comunidad en redes creció de forma orgánica, y con el tiempo también se animó a TikTok, donde difunde sus poemas en formato audiovisual.

Aunque al principio era “medio anti redes”, hoy reconoce el valor de la difusión digital: “Llegás a otras personas que quizás no están en Uruguay. Me estoy animando a estar más presente”.

Un amor llamado Tina

Entre los textos más personales del libro hay uno dedicado a Tina, la gata que tuvo que dejar en Salto cuando se mudó a Montevideo. “Me sentía muy triste porque la queremos mucho. Se la quedó mamá y le dediqué unas palabras. Ese poema resume uno de los rasgos más sinceros de su obra, la capacidad de transformar lo cotidiano en poesía. “Es lindo poder mostrar esa parte sensible”. “Las personas que aman a los animales y lo expresan sin vergüenza son personas muy valiosas. Me gusta que la gente vea esa parte mía”.

El apoyo incondicional de una madre

El nombre de su madre aparece una y otra vez. “Sin ella esto no sería posible”, aseguró. “Ella siempre me apoya, me lee los textos, me acompaña en todo el proceso. Yo le doy mis textos y ella me devuelve su opinión. Siempre pone todas las fichas”. Ese vínculo es, sin duda, una de las fuerzas motrices detrás de su escritura. De hecho, gran parte del amor que transmite en sus poemas tiene su raíz en ese lazo familiar, “Estoy donde estoy gracias a ella, y parte de lo que escribo es el amor que nos dio toda la vida”.

Reconocimientos y nuevos horizontes

Además de sus tres libros, Victoria ha participado en concursos literarios internacionales. Uno de sus poemas fue seleccionado para un encuentro binacional entre Uruguay y Colombia. “Me anoté el último día y me olvidé. Pasaron meses y un día me llega un correo diciendo que habían aceptado el poema. Fue una linda sorpresa”. Ese texto se publicó en el libro Vientos sureños, una edición limitada que reunió autores de ambos países. “Fue una experiencia muy linda, no me la esperaba”.

La venta, la cercanía y el valor del encuentro

Entre vínculos y desvínculos está disponible de forma directa a través de sus redes sociales. “Los libros los tengo yo, los vendo personalmente. Me gusta ir a entregar los libros, conocer a la gente. Estuve toda la semana entregando ejemplares en Salto”. Esa conexión cercana con los lectores es parte del encanto de su proyecto. “Me encanta organizarme, ir a lugares, entregar los libros. Saber quién lo compra y compartir un momento con ellos”.

Mirando hacia adelante

Aunque planea descansar un poco de la escritura, Victoria no se alejará del todo de las letras. “Voy a aprovechar este libro, difundirlo y si puedo hacer una presentación. Después veremos. Siempre estoy escribiendo igual”. Su meta inmediata es seguir difundiendo su trabajo y conectar con más lectores dentro y fuera del país. Mientras tanto, disfruta de este presente que la encuentra madura, agradecida y rodeada de afectos. Entre vínculos y desvínculos puede adquirirse contactando a la autora a través de Instagram o TikTok (@victoriaenletras).