El Pulso Global /
China pone fin a la hegemonía de EE. UU
- Por Cr. Juan Pedro Cardozo - EADA Bussines School Barcelona
El panorama geopolítico global ha experimentado una transformación histórica. El ascenso de China como una potencia a la par de Estados Unidos, un punto que se anticipaba para mediados de siglo, se ha acelerado drásticamente, marcando el fin de la era unipolar. Esta nueva realidad es el motor principal detrás de la creciente escalada de tensiones, incluyendo el ámbito nuclear y la fragilidad del sector tecnológico.
Observadores internacionales señalan que la reciente cumbre bilateral entre Donald Trump y el líder chino Xi Jinping fue, más que un acuerdo, una "escenificación" del ocaso de la hegemonía estadounidense. El encuentro, no hizo sino confirmar que Estados Unidos y China ya no se relacionan desde una posición de superioridad, sino como dos potencias que lideran bloques a la par, un fenómeno no visto desde el final de la Primera Guerra Mundial.
En este ajedrez global, la estrategia de Pekín se basa en su control de recursos críticos. El poder de China se hizo evidente al utilizar las Tierras Raras como palanca de negociación, obligando a Washington a ceder. Estos materiales son indispensables para toda la industria tecnológica y de defensa de EE. UU. China demostró que puede, si lo desea, pinchar la burbuja de la Inteligencia Artificial (IA) estadounidense al restringir el acceso a estos componentes.
En paralelo a la tensión geopolítica, la carrera armamentística por el liderazgo de la IA está poniendo una presión inédita en el mercado. Compañías como Meta(Facebook) se han visto obligadas a emitir bonos por valor de 25.000 millones de dólares para financiar su masiva expansión en IA. Este movimiento no solo demuestra el altísimo costo de esta carrera tecnológica, sino que ha generado alarma en los mercados, con las acciones de Meta cayendo un 11.33% en un solo día, ante el temor de que el gasto desmedido reduzca los beneficios a corto plazo. Este modelo de inversión a base de deuda sugiere, una necesidad de mantener la liquidez y los tipos de interés bajos para sostener un crecimiento que, de otro modo, sería insostenible.
En este contexto de profunda inestabilidad económica y estratégica, la retórica sobre una escalada nuclear —incluyendo el anuncio de EE. UU. sobre la necesidad de supervisar y, potencialmente, reactivar pruebas de su arsenal— funciona como una cortina de humo.
Según los análisis, esta reactivación de las tensiones militares sirve para un propósito: distraer la atención del público y la prensa del verdadero fracaso estratégico de Washington. La Casa Blanca busca reafirmar su poderío militar mientras, en la sombra, el verdadero pulso por la hegemonía ya ha sido redefinido por el ascendente poder económico y tecnológico de Pekín. El mundo ha pasado de ser unipolar a un estado bipolar, y la inestabilidad promete ser la única constante a corto y medio plazo.
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