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El acto principal en Montevideo, organizado por el PIT-CNT,  tuvo lugar en la Plaza Mártires de Chicago, con presencia de numerosos dirigentes políticos, como el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, el ministro de Trabajo, Pablo Mieres, la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse y su colega de Canelones, Yamandú Orsi. 

En su discurso el presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala, sostuvo que las pérdidas de salario real ya observadas en estos primeros años de la Administración “no se van a recuperar nunca más”. Allí demandó un aumento general de salarios que no solo recupere la pérdida ya observada, sin que ponga a tono el salario con el crecimiento del producto interno bruto, con especial atención a los salarios más sumergidos.  Abdala también planteó algunas medidas de forma inmediata, entre ellas un plan de generación de puestos de trabajo de calidad y partidas especiales con el objetivo de erradicar la pobreza infantil a lo que sumó el planteo de la reducción de la jornada laboral. 

“Ya en la segunda década del siglo XXI, observando que la ley de ocho horas en nuestro país es de 1912 al influjo del Batllismo renovador en su momento, pero que ya está vieja, la necesidad de la reducción de la jornada de trabajo sin reducción de salario, como bandera del movimiento obrero, porque ya estamos quedando atrasados, no solamente en el concierto europeo sino también en nuestros países vecinos de América Latina”. Para ello, indicó que la central sindical está realizando consultas técnicas para definir, con análisis político, qué pasos seguirá contra la reforma del sistema previsional y aclaró que no descarta algún mecanismo de democracia directa. 

Entre sus cuestionamientos a la reforma, el presidente del PIT-CNT reiteró argumentos conocidos: “es un anjuste fiscal encubierto que busca sustentabilidad económica y financiera no cambiando la financiación, sino rebajando derechos, aumentando la jornada vital de trabajo de la gente de 60 a 65 años, obligando a trabajar más en el momento en que uno está más desgastado”. También remarcó que, a pesar de que la Organización Internacional del Trabajo recomienda que el empleador pague más que el trabajador en cuanto a aportes, o a lo sumo igual, la parte trabajadora aporta 15% de su ingreso, pero el empleador la mitad, 7,5%”, sostuvo. 

Abdala apuntó que los “malla oro” incrementaron sus depósitos en el sistema financiero “por US$ 10.000 millones, mientras creció el PIB 3,5% y se achicó la masa salarial”. Para el sindicalista, “lo que está en curso es el modelo de la desigualdad: la mano metida en el bolsillo del trabajador”.

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