La jueza penal Silvia Urioste convocó para hoy a una nueva audiencia en la causa que investiga el asesinato de Cecilia Fontana de Heber. Será la primera de una serie de instancias vinculadas al caso y fue convocada ante un avance en la investigación que lleva adelante el fiscal especializado Ricardo Perciballe. Entre ellas, se apunta a nuevas conexiones entre varias personas que ya habían sido indagadas. 

Fontana murió en 1978 al beber de una botella de vino que estaba envenenado y que fue enviada por una anónimo a su casa, bajo la consigna de “celebrar por una nueva etapa” en la vida del país. Botellas similares habían sido enviadas a los domicilios de Luis Alberto Lacalle Herrera y Carlos Julio Pereyra, que optaron por desecharlas. 

Uno  de los aspectos sobre los que se indagará es la participación del policía retirado Ricardo Zabala, quien integraba ese año la Dirección Nacional de Información e Inteligencia. 

Si bien su huella fue registrada desde el inicio de la causa en la botella, siempre se consideró que estaba allí porque su oficina  fue la responsable en su momento  de la investigación del crimen.