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En una entrevista realizada en el streaming de La Prensa, el senador y exfiscal Gustavo Zubía ofreció un diagnóstico demoledor del sistema judicial y político uruguayo. En sus casi 40 años de experiencia como fiscal, afirmó haber sido testigo de un “deterioro progresivo” de las instituciones de justicia y seguridad. Su análisis no dejó títere con cabeza: apuntó contra el Código del Proceso Penal, contra los operadores judiciales, contra la coalición de gobierno, el Frente Amplio, y contra lo que considera una actitud permisiva de la sociedad frente al delito.

“El 97% de los procesos penales en Uruguay son abreviados. Es un sistema que no es más que un regateo de feria”, disparó Zubía. En su visión, el mecanismo por el cual el fiscal y el imputado negocian una pena sin juicio oral ha degenerado en una dinámica perversa, donde la ley y las pruebas han quedado en segundo plano. “No interesa la tipificación del delito, ni las agravantes, ni las atenuantes. Interesa cuánto aceptas por esta conducta”.

Una justicia desigual

Zubía remarcó que el proceso abreviado beneficia principalmente a quienes tienen mayor poder económico. “Hay una justicia para ricos y otra para pobres, para vivos y para normales”, afirmó. En este contexto, denunció que el sistema permite que personas procesadas por delitos graves, como el intendente Alejandro Caram formalizado por una presunta malversación de ocho millones y medio de dólares, eviten la cárcel a través de acuerdos con la fiscalía. “No cumplió un solo día de prisión efectiva. La prisión domiciliaria, para muchos, es ver Netflix en casa”, ironizó.

El senador cuestionó además las directrices de negociación impuestas desde la Fiscalía de Corte durante la gestión de Jorge Díaz, que instruyen a los fiscales a negociar la calificación jurídica, la pena y su forma de cumplimiento. “La palabra ‘negociar’ no la inventé yo, está en la instrucción oficial”, subrayó.

Críticas a todos los gobiernos

Zubía fue especialmente duro con el Frente Amplio, a quien responsabilizó por haber creado el actual sistema procesal. No obstante, también criticó a la coalición de gobierno por no haber revertido la situación. “La coalición me falló. No quiso llevar la sangre al río. El presidente Lacalle eligió ser simpático para ganar elecciones en lugar de endurecer el combate al crimen”, afirmó. A juicio del senador, el combate al delito ha sido tibio y permisivo tanto en gobiernos de izquierda como de derecha. “El Frente Amplio se izquierdizó, y la coalición también. Se amoldó a un formato de concesiones al crimen para no pagar el costo político”, dijo. Para Zubía, esa estrategia no solo fue errónea, sino peligrosa: “El narco sigue gozando de buena salud y la policía está atada. Nadie quiere enfrentar el delito con decisión”. Zubía recordó que, pese al crecimiento del narcotráfico, no se registran enfrentamientos armados entre la policía y los delincuentes. “Eso no es por falta de información, es por falta de decisión política. La orden de atracar no se da ni desde los ministros del Frente ni desde los de la coalición”, sentenció.

El sistema penal, “copiado y empeorado”

Según el senador, el Código del Proceso Penal uruguayo fue una copia mal adaptada de modelos extranjeros, con modificaciones que lo empeoraron. “Hasta quienes lo defendieron en su momento ahora quieren reformarlo. Pero lo hacen por conveniencia, no por convicción”, denunció. Para ilustrar el problema, Zubía relató una conversación con un delincuente que se burlaba del trabajo honesto: “No seas pelotudo, fiscal. ¿Querés que pierda mi coche, mi veraneo en Punta del Este, para trabajar 8 horas? Sos un pelotudo si creés eso”, le habrían dicho.

Una fiscalía debilitada

Zubía también criticó la organización interna del Ministerio Público. “Hoy la fiscal de corte es suplente de suplente, y encima la torpedean porque no es del palo. La están minando desde adentro”, lamentó. En ese sentido, se refirió al caso de una fiscal de Soriano, a la que acusó de prejuzgar políticamente al pedir la formalización de un intendente mientras hacía declaraciones partidarias en redes sociales. “Eso es inaceptable. El artículo 58 de la Constitución prohíbe expresamente el proselitismo en la función pública”, recordó.

El deterioro social

Zubía se mostró muy crítico con el clima cultural que, según él, ha favorecido el auge del delito. “No hay campañas publicitarias contra el delito. Al contrario, todo el entorno fomenta la permisividad: desde la basura desparramada en Montevideo hasta la gente durmiendo en la calle. Se deteriora la trama social y eso va de la mano con el crimen”, analizó.

También apuntó contra la Ley de Violencia de Género, de la cual dijo que ha roto el equilibrio jurídico entre hombres y mujeres. “Se ha dado un poder enorme a algunas ONGs y a mujeres que denuncian sin pruebas. La mujer no tiene la potencia física, pero sí una potencia emocional e intelectual que puede ser usada con malicia”, afirmó. Aclaró que, como fiscal, pidió el procesamiento de muchos hombres violentos, pero que también presenció “trampas orquestadas contra varones inocentes”.

“Esto es mi terapia”

Hacia el final de la entrevista, Zubía reconoció que hablar públicamente de estos temas funciona para él como una forma de catarsis. “Evito ir al psicólogo. Me hace bien contar estas barbaridades en las que vivimos, porque estuve 40 años callado”. Como anécdota final, relató su pedido de procesamiento al exintendente Villanueva Saravia, caso que, según él, pudo haber contribuido a su posterior suicidio. “No era un hombre de izquierda, y yo tampoco lo soy, pero cuando tuve que pedir su responsabilidad penal, lo hice. Esa imparcialidad se ha perdido”, lamentó.

Zubía cerró su participación denunciando que ciertas causas, como la del gremio FENAPES, duermen el sueño eterno en los cajones de la fiscalía. “En este mundo vivo”, concluyó.

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