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Hicieron una presentación con festejos. En las redes sociales hasta había un jingle publicitario con ritmo de cumbia. Fue un acontecimiento a manera de re lanzamiento del gobierno del Frente Amplio y el Movimiento de Participación Popular (MPP). Los 100 días de gobierno que así como llegaron sin pena ni gloria, se fueron rápidamente del recuerdo colectivo carentes de todo sustento real y verídico de la realidad nacional. Puro humo y fanfarria artificial, muy poco y nada, demasiado evidente la operación clamor del novel gobierno popular.

Primero, y lo más evidente, que el Presidente Orsi en la cancha es mucho menos de lo que se esperaba; una persona que solo bastaría para intendente y le quedó grande la presidencia. Anodino, con poca actitud y conocimiento, liderazgo y autoridad cuestionadas por distintos actores del entorno

Hay un Mariano Moreno Cantinflas original, inigualable, que solo tenía la pinta de su personaje desfachatado popular que cautivó al mundo entero por su sencillez, y bonhomía creativa, sus discursos eran trabalenguas absurdos con un trasfondo de buena voluntad y bondad puras. Era un personaje entrañable nada más, pero que, encarnado en un presidente de la República, termina siendo fastidioso e intolerable, una estafa electoral.

La primera versión oriental del actor mejicano fue el ex presidente José Mujica, un capo cómico de dimensiones mundiales, un filósofo popular que decía un mundo de disparates que parecían frases sacadas del Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano de Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa. Buenas para el tablado de teatro o murga en todo caso, pero patéticas para la administración de un país y el liderazgo de una nación.

Finalmente quedó vivito y coleando Yamandu Orsi para deleitarnos con su verba y accionar en la presidencia de la república. Otro Cantinflas renovado, en la peor y más desteñida de las versiones, los anteriores tenían su encanto parcial, pero Yamandú es muy pobre y deslucido, más que un filosofo (lejos de ello) es un payador de poca monta, un estudiante que escribe 10 carillas de un examen escrito en base a un solo y único concepto, le da vueltas, escribe para arriba y para abajo, repite floridamente las cosas, describe y califica de las más diversas maneras, y logra dorar la píldora o llenar el ojo en primera instancia, porque entrega un voluminoso trabajo de varias páginas, cuando otros no pueden escribir apenas una sola hoja. Pero cuando el profesor corrige el examen se da cuenta que no dice nada, es puro verso, solo frases sin sentido conectadas entre sí, una pretendida y fallida intención de decir algo y fallar estrepitosamente. La típica payada… la mayoría de las veces no da solo con eso.

Segundo, los progresistas en el poder se precian de 47 medidas tomadas en estos 100 días que dan muestra del gran gobierno que ejercerán en beneficio del Uruguay. Un rejunte de acciones administrativas propios de la continuidad de los gobiernos, una serie de promesas para cumplir en el futuro a mediano y largo plazo, unas cuantas negativas que venían del anterior gobierno y un par de acciones concretas, tangibles y efectivas de este tiempo: la compra de 4000 mil hectáreas del Instituto Nacional de Colonización para una presunta Colonia Lechera a un costo de U$S 32 millones y las medidas tomadas para aliviar y compensar la diferencia de precios en la frontera con Brasil. Solo dos acciones completas y reales, lo demás es puro verso. En verdad no da para tanta bulla ni festejo alguno. En todo caso algunos lloramos…

Mientras tanto nos queda en las retinas y el alma, la renuncia de varios jerarcas, ministros y directores por escándalos generados por deudas con el estado y abuso de funciones por sus propios salarios y los de sus conyugues. En apenas 90 días… y eso si es récord e histórico.

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