Albisu reabrió piscinas del Daymán
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Por Mario Kroeff Devincenzi
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mkroeff@laprensa.com.uy

Para muestra hace falta solo un botón y quizás este sea el caso. Los días miércoles abrirán las termas como siempre. A menos de una semana de asumido el nuevo gobierno el tan mentado tema del cierre del complejo termal Daymán fue solucionado.
Una medida largamente pedida por el sector hotelero, por los turistas y por el público en general que en apenas dos o tres días tuvo una solución satisfactoria. Promesa de campaña electoral, orden expresa del intendente Albisu al novel encargado de Termas del Daymán, el Sr. Walker Vargas, conversación mediante con los trabajadores, se llegó al esperado acuerdo de regresar al trabajo y reabrir las piscinas. ¿Pero uno se pregunta, que tan difícil era?
No tengo idea el porque alguna vez se cerraron, en el tiempo de la pandemia creo. Seguramente para dar un alto en la afluencia de público y realizar una limpieza profunda del predio y las piscinas. Algunos hablaron del ahorro de dinero que venía bien en épocas de vacas flacas. Fue una medida inédita, nunca había sucedido anteriormente salvo en excepcionales inundaciones con la crecida del Río Daymán. No tenía expresas indicaciones médicas ni tampoco razones económicas que fundamentaran la medida por tan largo tiempo. Los operadores y el sentido común comenzaron a clamar por la reapertura del complejo los días miércoles de entre semana. Era una perdida para el sector y además una complicación para el turista, justo la mitad de la semana -sin agua caliente municipal- era un tiempo limite para irse, era un día perdido para todos.
Yo no sé cuan grave era la situación para el turismo, ni cuanto costaba abrir ni cuanto se ahorraba en costos y gastos de cerrar en una jornada enteramente laborable. Pero lo cierto que se pedía a los gritos desde la tribuna la reapertura inmediata y hasta fue tema de campaña electoral. Quizás habría tenido razón alguna vez, pero a esta altura ya no lo tenía. No entiendo la terquedad de las partes involucradas, el intendente y Cholin, el presidente de Adeoms. Ambos empecinados con la medida, en reiteradas ocasiones y de distintas maneras les solicitaban la reapertura y ellos “mutis por el foro”. Terquedad de gurí chico o de gestores necios de torcer el brazo y dar lugar a un día extra de descanso a los trabajadores, me imagino y sospecho.
En una trancada similar, con la circulación parcial de los ómnibus los días domingo, Lima echó para atrás y como medida de efecto electoral autorizó el regreso del transporte municipal. En este caso actuó de acuerdo al clamor general, un poco más tarde y demorón, pero volvieron los ómnibus. Pero con las piscinas siguió reticente y murió con las botas puestas.
Y he aquí el detalle del nuevo gobierno y de Albisu. Sin demoras, rápidamente, actúo para solucionar el tema, y lo logró. Uno se pregunta cuán difícil y complejo era que tuvo que llegar el intendente nuevo para arreglarlo concretamente. El encargado de termas Walker Vargas lo solucionó en dos patadas y sin mayor trámite para que mañana miércoles, a seis días de la asunción, se esté cumpliendo con la promesa realizada: la reapertura de las termas los días miércoles.
Es una actitud, un símbolo del nuevo intendente, las cosas se tienen en tiempo y forma, las sencillas y las más complicadas. No se muy bien que era esta, pero era muy visible y requerida por todos, el hombre agarró el toro por las guampas y determinó la reapertura del complejo. Alguien sugirió que en la inauguración de obras públicas largamente anheladas no se precisaban grandes actos ni celebraciones sino simplemente un cartel en el frente que dijera “Obra inaugurada. Perdón por la demora”.
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