Motocares: turismo ferroviario en Salto
-
Por Leonardo Vinci
/
joselopez99@adinet.com.uy

Hace algunos años, el directorio de la Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE) aprobó una medida significativa para la revitalización del sistema ferroviario nacional: la incorporación de siete coches motor destinados a reforzar la línea Montevideo–25 de Agosto. Estos nuevos vehículos, de origen sueco, llegaron al país con la promesa de eficiencia, confort y un guiño nostálgico a la rica historia del ferrocarril uruguayo.
Se trataba de coches Fiat DMU, algunos equipados con motores Volvo, con una capacidad para 80 pasajeros, aire acondicionado e incluso acceso a Internet. Cada unidad, fue adquirida en su momento por tan solo 33.000 euros —una cifra llamativamente baja considerando las prestaciones—, representó una inversión total de 231.000 euros. Desde la Gerencia de AFE se subrayó que, si bien eran coches de segunda mano, se encontraban en excelente estado y poseían un consumo de combustible casi tres veces menor al de las locomotoras tradicionales que operaban en el país.
La medida remite inevitablemente a una rica tradición ferroviaria nacional, cuando AFE contaba con los emblemáticos coches motor “Brill”, de origen norteamericano. Estas unidades no solo marcaron una época de eficiencia ferroviaria, sino que también quedaron en la memoria colectiva por protagonizar momentos históricos. Uno de los casos más emblemáticos fue el viaje del “Águila Blanca”, que el domingo 28 de febrero de 1937 transportó desde Montevideo hasta Salto la urna con las cenizas del célebre escritor Horacio Quiroga. Aquel día, a las 18 horas, una multitud se congregó en la estación salteña para recibir los restos del autor de Cuentos de la selva. El acto fue presidido por el Ministro de Instrucción Pública, Eduardo Víctor Haedo, quien pronunció un discurso memorable antes de entregar la urna al intendente Jorge E. Costa, en representación del pueblo de Salto.
Este pasado glorioso, junto con la eficiencia probada de aquellos motocares, invita hoy a proyectar un futuro donde el tren vuelva a ser protagonista, especialmente en el plano turístico. Algunos de esos antiguos vehículos aún están activos, y es justo reconocerlos como los mejores y más eficientes coches motores que Uruguay ha tenido.
En Salto, muchos aún recuerdan los viajes en coche motor desde el norte, con paradas en Palomas, Parada Viñas y Colonia 18 de Julio, culminando en la estación Midland. Esa evocación, lejos de ser solo nostalgia, puede convertirse en una herramienta concreta para diversificar y fortalecer la oferta turística del departamento.
La propuesta es clara: reintroducir los motocares en recorridos breves, especialmente con fines turísticos. Existen trayectos plenamente viables, como el ramal conocido como “El Precursor” hasta la represa de Salto Grande, que se encuentra en óptimas condiciones operativas. Esta última opción ofrecería un paseo ferroviario escénico con alto valor patrimonial y recreativo.
Para que esta idea se concrete, sería fundamental promover acuerdos interinstitucionales. La Intendencia de Salto, junto con AFE, el Salto Shopping —un polo comercial con gran afluencia de visitantes— y la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande (CTM), podrían articular esfuerzos y recursos en una iniciativa común. La CTM, en particular, tiene una larga trayectoria de apoyo a proyectos sociales y culturales, y su vínculo con la represa permitiría vincular el recorrido turístico con visitas guiadas a la hidroeléctrica, un atractivo poco explotado.
Esta sinergia entre lo histórico y lo contemporáneo, entre lo público y lo privado, puede devolverle protagonismo al tren como vehículo de cultura, memoria y desarrollo. El motocar no es solo un medio de transporte: es una forma de contar historias, de acercar generaciones, de integrar pasado y futuro sobre rieles. Salto tiene la oportunidad de subirse a ese tren.
Comentarios potenciados por CComment