Que gran tema..., ¿y sin definición?
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Por Gabriel Paique
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gabriel.paique@gmail.com

En el fútbol, muchos señalan que para armar un gran equipo, se arranca de atrás, lo defensivo y luego lo que es la definición, pero la realidad muestra que si no tenes gol, es muy difícil poder ser protagonista. En algún momento, cuando la pantalla chica contaba con aquellos programas que detrás de la sonrisa, estaba el mensaje, recordamos uno, muy sencillo, pero con un gran contenido detrás. Un personaje común, que detrás de algunas propuestas en la política y que después se llevaban adelante, señalaba, “que gran tema”, que en el común de la gente quizás no era a tener en cuenta, pero fueron quedando. Los años pasaron y se mantuvieron, nos fuimos acostumbrando a convivir, ya que la vida diaria nos lleva a no prestar demasiada atención a los temas pequeños, que luego de transforman en grandes.
Son de esos partidos que no necesitas de una gran defensa y un gran ataque, sino que la definición llega por los caminos que uno no recorre o por lo menos no le interesa estar mucho estar, pero que la realidad después nos sorprende, para después recordar aquello de “que gran tema” y ¿para qué?, como el relato de un cuento también que te dejaba una sonrisa, cuando señalaba “y que estoy haciendo ahora”?.
La vida nos convoca siempre a estar atentos y no dejarnos llevar por lo que son los relatos, que con el tiempo estarán en la letra fría, esa que en algún momento nos llegará, casi que sin darnos cuenta, entonces cambiaremos el “¿para qué?, por el “¿por qué?, entonces ya será tarde. Los proyectos o las propuestas siempre se conocen, por lo general cuentan con una muy buena defensa y una delantera que cuenta con gran definición, que con una mano levantada, alcanza para sumar nuestras voluntades, que no siempre serán las que nosotros queremos, pero es el mundo que siempre parece están sin definición, pero que con las mejores estrategias, nos ganan por goleadas.
En en ese relato que lo escuchamos tan apurados, como transitamos la vida misma y hoy con las nuevas herramientas de la comunicación, nos llegan casi que sin nosotros querer, están en nuestra vida, que cada vez depende más de lo que son nuestras redes, que nos atrapan, no idiotizan o por lo menos dependemos casi que exclusivamente de estar pendiente de lo que trasmiten. Tan es así, que hasta conocimos los misiles que caen en cierta parte del mundo, a través de una visita del Intendente electo, que casi sin darnos cuenta, llegó caminando por el Puente de Fray Bentos. Claro que también nos llegaba toda la noticia de los movimiento y es algo que nos atrapa, aunque el tema no nos guste, estuvo presente en nuestras cabezas.
Algo de lo que puede llegar a mostrarnos las nuevas herramientas y acercarnos a cosas que en otro momento no le daríamos o estaríamos tan pendiente, como se dio. Pero es la realidad y no nos queremos separar de lo que como en algún momento también nos sorprendía aquello programa que nos sacaba alguna sonrisa, con aquello de “que gran tema”. Como por ejemplo algunos cambios que se pueda llegar a dar en alguna palabras de las leyes y uno se pregunta “¿para qué?”. Y ya que estamos dentro de las Leyes. ¿Es necesario un Ministerio de Justicia?. ¿Cuál será el costo?. Realmente ahí es donde me viene a la memoria aquello de “que gran tema” o “¿para qué?. Seguramente la definición llegará sin darnos cuenta y luego será parte de nuestras vidas, como tantas cosas.
Esto es como en algún momento nos enseñaron nuestros mayores, “cuando el río suena, agua trae” y en un abrir y cerrar de ojos, seguramente la carpeta será la que nos acompañe, para luego mirar otro punto o camino por recorrer.
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