Quizás como Wilson
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Por el Lic. Fabián Bochia
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fbochia@laprensa.com.uy

Hace unos cuantos años Wilson Ferreira Aldunate participaba de "la caravana de la victoria" de los blancos.
Eran épocas de su marcado liderazgo y venía al frente del bus que llevaba a unos cuantos dirigentes de la colectividad oribista. En un momento un hombre joven se dirige al líder y le dice que había que delegar en una comisión la representación del partido para una actividad. Wilson escuchó en silencio y luego asintió. Al rato llamó al joven interlocutor y le dio la lista de dirigentes para esa actividad. El muchacho le dijo que esa comisión debía surgir de "el honorable directorio del Partido Nacional". Wilson lo miró y asumiendo que era Wilson y que era el líder sin fisuras del partido le dijo una frase memorable: "se acaba de reunir el Honorable Directorio del Partido Nacional". Y, seamos sinceros, quién le iba a porfiar algo a aquel Wilson de comenzada la década del setenta dentro de los blancos.
No decimos que sea lo mismo pero hoy el liderazgo de Luis Lacalle Pou es tan fuerte que puede darse el lujo de marcar la convención de los blancos donde surgió que Álvaro Delgado será el presidente del directorio. Naturalmente que si Delgado comanda es como la mano derecha de Lacalle. Incluso hay analistas que aventuraron una fórmula Delgado/Lacalle para el año 2029. Pero volviendo a la convención habló el ex presidente y realmente marcó la cancha al decir lo que dijo, que al otro día era 29 de junio pero que el 29, por el año 2029, quedaba marcado pues esta situación les iba a condicionar todo. Detrás de todo está el concepto de trabajar para volver al gobierno ya impuesto por el líder principal y es que hay que trabajar con un punto fijo en el futuro mediano que es el final del actual gobierno del profesor Yamandú Orsi.
Pidió, como punto referente, hacer una autocrítica profunda pero no descarnada y dijo que es un partido que no debe tener mordazas, que no debe tapar al que quiere hablar.
Lacalle se puede dar todos esos lujos porque sabe que no hay nadie que le pise el poncho (nunca tan bien dicho en la colectividad blanca) en todo el partido. Y que dependen de él, de su esfuerzo, de sus ganas, de su conocimiento y, sobre todo, de su llegada a la gente para dar el paso que los posicione como baluarte que enfrente al Frente Amplio en breve.
LLP es muy consciente del valor que tiene para los blancos, ha sido diputado, senador, candidato que perdió, candidato que ganó y presidente de la República con todo lo que ello implica. En el armado, básico, de la Coalición Republicana que hoy tiene del lado de los colorados a Andrés Ojeda que ganó la interna y a Pedro Bordaberry y de última como referente de peso e histórico a Julio María Sanguinetti, los tres abogados son pro coalición por lo que por allí no a va a tener problemas Lacalle en dar por sentado el apoyo de los riveristas. Si pensamos en el Partido independiente y Pablo Mieres el apoyo está. Queda, como siempre, el tema de Manini Ríos y su Partido Cabildo Abierto siempre complejo a la hora del relacionamiento.
Pero también entienden blancos, colorados, independientes y cabildantes que si no se unen marchan a la B y eso está muy claro. Por lo que también lo que se haga en el interior del país será clave. Esa unión les hubiera permitido ganar las elecciones en Fray Bentos y en Minas y acorralar a al FA con Montevideo y Canelones. Además vieron la experiencias de Salto.
Lacalle todo eso entendió, por eso su presencia en Salto que no es solo por la amistad con Albisu. Es también un mensaje en modo coalición.
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