Realidades
-
Por Gabriel Paique
/
gabriel.paique@gmail.com

Los caminos de la vida, en algún momento escuchamos como letra de alguna canción y vaya que muchas veces con encontramos transitando diferentes realidades, que todo va a depender del lugar, como estado de ánimo. Es algo normal de las personas y aquellas que muchas veces son guía de llevar adelante a recorrer un camino, son una figura importante para quienes se suman a los desafíos. Cada día y momento, son desafíos diferentes, por lo que muchas veces, dependiendo de la generación, podemos o no darle el valor que significa.
Cuanto nos cuesta muchas veces valorar la pequeñas cosas, como si lo único que valiera la pena, es aquello que con grandes notas o logros, nos eclipsan, para enamorarnos de ese momento. Muchas veces la realidad nos golpea con realidades muy distintas y señalamos según el lugar donde nos ubicamos, tratando de mostrar lo malo, pero no mirar lo bueno de ese caminante.
En la vida y en las cosas materiales es similar, cuantos años estamos escuchando que hay que mirar como corregir una costanera que se va “hundiendo”, con las crecidas de nuestro Río Uruguay, que fue “comiendo” gran parte de nuestra costa. Contamos con personas que trabajan y se preocupan en este sentido, marcando cada tanto los daños que se van produciendo, pero también marcando la necesidad de lograr que las miradas lleguen para poder encontrar el camino que permita mantener esa belleza tan de los salteños.
Quien en algún momento, mate en mano no se enamoró de los paisajes de los atardeceres en nuestro “Río de los Pájaros” y es sin duda algo que nos llena el alma cada tanto. Sobre todo para aquellos que cuidan todo el entorno y no aquellos que vaya a saber los motivos, muchas veces llevados por algún arranque personal, rompan lo que encuentren en el camino. O por el contrario, el abandono que muchas veces nos gana y lugares que son parte de nuestra historia, van quedando en el olvido.
En conversaciones de aquellos que con algunos años, vemos como parte de nuestra historia se va “rompiendo”, cuando en otros países, el menor de los ladrillos que fue parte de el crecimiento de la zona, se lo cuida como tal.
Una realidad que muchas veces no queremos ver o miramos para otro lado, ya que el mundo, los días, quizás las horas, pasan tan rápido, que lo único que importa es seguir el camino y no mostrar la mirada a las cosas que serán parte de las nuevas generaciones.
Será parte de los costos y que aquellos que tienen, como decían nuestro mayores, “el sartén por el mango”, poco o nulo interés le dan a las cosas, donde todo parece que tiene que ver como intentar mostrar un camino diferente, para tratar de encontrar seducir a otros.
Son de las realidades que muchas veces duelen y como la vemos todos los días, van pasando casi que sin darnos cuenta, más allá que cada tanto aparece algún corte de cinta, como para intentar mostrar que caminamos.
Nuestra costa sigue teniendo las dificultades lógicas y en algún momento se buscaron encontrar soluciones, algunas que datan de muchos años atrás, pero algunas que se hicieron, el mantenimiento no fue el correcto, para brindar ese compromiso que tiene que salir de todos.
En algún momento se colocaron canillas a lo largo de la Costanera Norte, para que el salteño contará con un servicio más a aquellos que lo utilizaban, pero las manos dañinas, muchas veces llevaron a que los brazos volvieran a bajarse, como lo fue la iluminación. En este caso, es educación y compromiso de todos, preservar lo nuestro, que también es de aquellos que lo destrozan.
Realidades que nos tienen que comprometer a todos y sobre todo seguir el camino de mantener nuestra costa, buscando el mantenimiento de nuestras bellezas.
Comentarios potenciados por CComment