Servicio de Urgencia (II)
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Por Dr. Alvaro Vero - Especialista en Salud Pública
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alvarovero@gmail.com

En nota anterior señalamos la importancia de la urgencia-emergencia dentro de un sistema sanitario, que entre otras cosas es objeto del 90% de las quejas, y genera el 40% de los ingresos a internación. Es además un centro de atención esencial y un centro de costo desde el punto de vista económico. Esto es suficiente para ser además investigado epidemiológicamente y en cuanto a la satisfacción del usuario. Nada de esto se efectúa aparentemente en el ámbito privado del departamento, desde el momento que frecuentes chats están señalando la ausencia de los múltiples directores del centro de urgencia, no son “ubicables”, al igual que la dirección suprema, en toma de decisiones urgentes.
Tal es así que máximas autoridades deben tomar resoluciones en cosas tan simples como las esperas interminables.
El término emergencia refiere a algo imprevisto, que exige medidas inmediatas, para reducir al mínimo consecuencias adversas. Cuando estas situaciones son de magnitud desde su inicio y hasta el final debe ser conducida por una autoridad reconocida, que controle el posible desastre y un programa o plan previo y ensayado con simulacros.
No existe ni uno ni otro, aunque sí lo hubo hace unos años. La situación de la ciudad lo amerita, centro carretero, portuario y aéreo debe estar preparada para la asistencia masiva de un desastre, liderando además los apoyos necesarios de la sociedad.
Quien dirija debe: 1) Tener capacidad de emergencista. 2) Estar a tiempo completo y ubicable. 3) Realizar investigación analítica. 4) Realizar docencia permanente con formación de equipos profesionales. 5) Planificar, dirigir y desarrollar las comunicaciones necesarias, así como el sistema digital de la telemedicina que permite consultas on-line con distintos centros del país y extranjeros.
Nada de eso sucede, al juzgar por comentarios profesionales, quienes ocupan cargos lo hacen por complacencia o favoritismos, o por formar parte de sociedades anónimas (algunos en varias) a la vez, y no pisar los intereses de autoridades o socios comerciales y por el “mango”.
En un mundo tecnológico y globalizado, es triste observar simplemente demoras innecesarias por un triage (hechizo que permite a los responsables aumentar las demoras), no necesario en el centro privado, y cuando en el mundo de países limítrofes y otros, los medicamentos se envían a domicilio por drones, la cirugía del “tajo” ya ni existe, y los robots quirúrgicos son cosas del presente.
Aquí seguimos como 30 años atrasados “carancheando” por carguitos de “jefes” cuando deberíamos estar tratando de acercarnos al futuro del conocimiento, invirtiendo y formando al médico joven para el mundo presente y adaptándolo al futuro.
En fin, existe una inversión con aporte del usuario, de más de 10 millones de dólares, que admite correcciones y ajustes, pues han pasado más de 10 años de su inicio, que según un ex presidente estaría pronta para agosto del 2017... y no lo está!! Y que se podría haber terminado, en tanto se han hecho otras inversiones, y que con la mayor centralización de servicios se mejora la asistencia y comodidad del usuario y sólo se perturba la economía de las SA sanatoriales, que más que tienen recuperada la inversión con las decenas de años que lleva el sistema.
Pero, ¿es posible que los “jefes” acompañen estos propósitos cuando forman parte de empresas privadas que viven del efector mutual? ¿Y es posible que los mandantes del efector mutual apunten a mejores objetivos cuando a la vez eso va en contra de sus socios comerciales externos? Que además los votan para que así sea. Un rotundo NO.
¿Será posible que en el área pediátrica, donde el caos es significativo, la responsabilidad de desarrollo caiga en médicos dueños de 2 sanatorios, y (no tengo en cuenta capacitación), y que dentro de la especialidad decidan profesionales de dirección desconocidos por la academia pediátrica como la Dra. de los 5 minutos y el hipo intratable? Es lamentablemente posible y es parte del presente.
Son las secuelas, como en Camelot, de la mesa redonda, el arturismo, el mago Merlin y sus ambiciones. ¿Quién se hace cargo? El primer paso en cualquier ocupación es interesarse en ella.
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