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Casi dos millones de uruguayos están endeudados en créditos formales, lo que lleva a pensar que con los deudores a prestamistas informales, la cifra se aumenta. También es preocupante que uno de cada cuatro uruguayos mayores de 18 años, tenga atraso en sus créditos o decididamente no pueda pagarlos. Esas aseveraciones fundamentan el título.

Los uruguayos no sabemos vivir sin deudas. ¿Es malo? Depende. Tener cuentas a pagar para comprar crecimiento o atender necesidades imperiosas (salud, casa, por ejemplo), está dentro de la lógica. Pero enterrarse financieramente para aparentar, lucirse, darse gustos que no pueden ser pagados, parece fuera de lugar. Lamentablemente los gobiernos (todos en muchísimos años), han hecho la vista gorda con la publicidad que empuja a los habitantes a endeudarse…porque sí. Seguramente mi manera de pensar cae fuera de la lógica cotidiana de este mundo tan libre, tan libre, que se pega un tiro en un pie antes de comenzar una carrera. Mundo de locos.

La locura del endeudamiento no afecta sólo a las personas individuales, también puede atacar con furia a las instituciones estatales. A veces por necesidades puntuales; otras por impericia o indecencia gobernante. El departamento de Salto es un ejemplo. Tiene déficit creciente en sus cuentas públicas: debió endeudarse, ha gastado más de lo que recauda y ha seguido gastando (casi siempre sin invertir). Cuando una persona (o país o institución) contrae deudas, hace primero un balance de lo que generará en recursos, para saber si puede pagar. De 2010 para acá Salto: debe, sigue endeudándose y puede pasar a ser “deudor contumaz” (obstinado, cerril).

Entiendo la intención de Canelones (con ONCE AÑOS CONSECUTIVOS de superávit en sus Rendiciones de Cuentas), que busque un nuevo fideicomiso de cien millones de dólares para hacer saneamiento y otras obras. Tiene resto, no tendrá que inventar nuevos impuestos, porque hace más de una década que maneja bien sus finanzas. En otros casos (como el comentario que he visto por ahí de Salto), me surgen interrogantes. ¿Cuánto dinero más de endeudamiento? ¿Para qué? ¿Cómo financiarlo, con qué ingresos? Si hoy lo que se recauda no alcanza para el funcionamiento y las inversiones de la Intendencia ¿cómo se pagará una nueva deuda?

Entiendo que sin contraer compromisos no hay progresos: la gente de trabajo no tendría casa, ni moto, ni auto, no disfrutaría de elementos básicos de confort… También recuerdo que cuarta parte de los orientales no ganan lo suficiente para pagar sus préstamos; deberían tener más empleos para ganar más ¿dónde?. En caso de la Intendencia, deberá ser MUY CUIDADOSA al contratar un nuevo crédito. Aunque sea a largo plazo, no se puede endeudar a un pueblo por generaciones como lo hizo Coutinho (de cuyo gobierno formaron parte Albisu y varias jerarquías actuales).

El bienestar imprescindible no puede postergarse (solucionar el vertedero por ejemplo), pero el reparto anticipado de decenas de cargos y sueldos era innecesario, y fue lo primero que se hizo; cuántos metros de hormigón se “derrochó” en sueldos a amigos. Nunca digas NO sin razones; analicemos. Nunca endeudes sin fundamentos; sobre todo si el que paga es el Pueblo.

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