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 Un invitado muy especial: músico, guitarrista, arreglador y compositor de dimensión internacional visitó los estudios de Emisora del Éxodo, donde fue entrevistado por LA PRENSA. De niño soñaba con volar y fue piloto antes de dedicarse plenamente a la música. Estamos hablando de Narciso Omar Espinosa.

¿Qué significa para tí volver a Salto y a esta radio? 

Muchísima emoción. Mi primera experiencia musical en radio fue justamente aquí, en esta fonoplatea, cuando tenía 14 o 15 años. Atilio Irrazábal, hijo de Victorio, era vecino y me enseñó unos acordes. Formamos un dúo y aquí actuamos por primera vez. Volver es reencontrarme con mis raíces.

Tu viviste una anécdota increíble con Mercedes Sosa en su juventud, mucho antes de reencontrarse con ella en Europa. ¿Cómo fue aquello?

 Un día golpearon la puerta de la casa de mis padres. Un señor me preguntó si yo era Espinosa y me dijo que necesitaban una guitarra de apoyo para una actuación. Venía con su esposa, que era cantante. Esa mujer era Mercedes Sosa, pero no era famosa todavía. Tendría 17 o 18 años. Acepté y ensayamos aquí, en esta fonoplatea.

 ¿Recuerdas qué tocaron?

Yo improvisé una introducción armónicamente atrevida para ese tiempo. El marido de Mercedes me dijo que no lo hiciera, pero ella insistió: “Sí, sí, hacelo”. Y así lo hicimos. Después actuamos en la radio y en el Club Salto Uruguay. Nunca más la vi… hasta medio siglo después.

 ¿Cómo fue el reencuentro?

Fue casual, en París. Ahí sí comenzó una relación artística profunda. Me convertí en su guitarrista durante su exilio europeo. Pero nunca le conté aquella anécdota salteña hasta muchos años después. Cuando lo hice, fue como hablar con una pared. Creo que ella había borrado de su memoria esos años tan difíciles.

¿Cómo era la vida de la artista durante ese exilio?

Ella se movía entre Madrid y París. Cuando había giras por España o América Latina, yo viajaba a Madrid. Cuando eran por Europa del Norte, ella venía a París y se quedaba en mi departamento. Vivíamos casi como familia. Fueron años muy intensos.

 Tu mencionas la fonoplatea. ¿Qué significado tiene hoy para tí este espacio?

 Es única. La única fonoplatea del Uruguay que funciona igual que hace 75 años. Por aquí pasaron todo tipo de artistas: orquestas grandes, solistas populares, músicos de renombre. Y sigue viva: hay teatro, música, clases, serenatas… Es una tradición cultural que Salto debe cuidar.

Continuará...





 

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