La Prensa Hacemos periodismo desde 1888

Ahí están las veinticinco viviendas de Covigás en el Barrio Umpierre, tan cerca y tan prontas que algunos vecinos empiezan a mirar con cariño las fechas de julio o quizás primeros días de agosto. Covigás porque varios de sus integrantes son gastronómicos. De uno a cuatro dormitorios y de dos plantas ya le buscan la vuelta al lugar de cada familia, a cómo se distribuirán las habitaciones, quién tendrá acceso al balcón de la casa. El dinero ahorrado permite mejorar todo, incluso mamparas para el baño que dejarán todo un lujito. Son veinticinco familias de todo Salto que días a día trabajan, llevan sus hijos a estudiar y sueñan, bueno, ya ni sueñan porque es una realidad con las casa. Se terminarán las "sereneadas", se terminarán los pagos para que otro ocupe el lugar pues no se llega por trabajo.

Alguna lágrima se escapa pero este invierno traerá la casa propia a veinticinco familias luchadoras que abrazan la realidad de la vivienda nueva. Un himno al esfuerzo, un himno al sacrificio pero con un premio que se puede ver, tocar, y contar días para que un montón de salteños dejen sus viviendas alquiladas, "la casa del fondo de los abuelos", "la piecita que nos prestó la suegra" y tengan la llave de la casa y sanseacabó.

En Covigás cuentan los días para empezar la mejor de las mudanzas, la que lleva a la casa propia hecha con sus propias manos y el esfuerzo diario que nunca decayó.

 

Comentarios potenciados por CComment

Ranking
Recibirás en tu correo electrónico las noticias más destacadas de cada día.

Podría Interesarte