Hace unos años trabajando también en medios gráficos aprendimos con fotógrafos de nivel que un fotógrafo es mucho más que el que saca fotos, es un reportero gráfico. Que implica transmitir con la magia de la imagen ("que vale más que mil palabras") muchas cosas en una sola expresión.

Estamos de acuerdo, un fotógrafo debe tener cultura general y conocer el entorno y dominar absolutamente el metié de su profesión, obviamente contrastes, sombras, qué transmitir más y qué menos, qué resaltar y qué no de cada imagen. Aprendiendo de esa gente, pero estando lejos de esa capacidad, pudimos sacar la foto que acompaña esta nota queremos transmitir lo que vemos y además intuimos.

Gente solidaria anónima

Es un contenedor de basura en la zona del centro, calle Florencio Sánchez. Allí una persona llevó pan pero tuvo la delicadeza de no solo ponerlo en la bolsa sino de colgarlo para que no se mezcle con la basura y además el que lo necesita al pasar lo pueda ver con facilidad. Es un gesto de solidaridad para con el prójimo, que no conoce, pero desea hacerle el bien. Salto, por suerte, está lleno de gente solidaria en forma anónima, gente que a fin de año lleva una canasta, gente que hace de puente entre los que necesitan y los que quieren ayudar. Se nos viene a la mente al comprometido pastor Miguel Ángel Campos que hoy con su señora lleva la palabra de Dios a gente humilde en la frontera de República Dominica y Haití. República Dominicana es famosa por sus balnearios top como Punta Cana. Bueno, Miguel no está precisamente en Punta Cana. O el padre José García de la Iglesia Católica que cada fin de año arma canastas navideñas y mejora, en silencio, la calidad de vida de muchas familias sin decir agua va, solo nosotros lo expresamos.

Ropa para quien necesite

Pero volviendo a la imagen que captamos siguiendo a los que saben de imágenes, no es nuestro caso, también se pudo observar que del otro lado del contenedor pusieron ropas para que alguien que lo necesita la pueda llevar. Quiere decir que hay gente que se preocupa de esto.

Nadie debería tener urgencias alimentarias

De todas formas el pensamiento final es que en un país que le puede dar de comer a 34 millones de personas y tiene 3.4 millones de habitantes nadie debería tener urgencias alimentarias, pero bueno, a veces tropezamos, todos, con este tipo de piedras. Y en el mientras tanto gente solidaria hace muchas cosas, como estas que hoy podemos destacar.