
Ing. Gonzalo Casaravilla /
Salto Grande “Es la mejor inversión energética del país”
En tiempos donde la incertidumbre energética sacude a gran parte del mundo, Uruguay cuenta con una joya estratégica que garantiza estabilidad, abastecimiento y visión de futuro: el complejo hidroeléctrico de Salto Grande. Así lo dejó en claro Gonzalo Casaravilla, presidente de la Delegación Uruguaya ante la Comisión Técnica Mixta (CTM), en una entrevista brindada en Montevideo, delineó los desafíos y oportunidades de uno de los proyectos binacionales más importantes de la región.
La mejor inversión del Uruguay
"Salto Grande es la mejor inversión de la historia energética del Uruguay", sentenció Casaravilla, convencido de que el rol que cumple este emprendimiento en la matriz eléctrica nacional es insustituible. Actualmente, la represa genera cerca del 30% de la energía eléctrica del país y actúa como estabilizador del sistema, permitiendo que otras fuentes —como la eólica o la solar— se integren sin comprometer el suministro. Uno de los principales focos de la gestión actual es el proceso de modernización tecnológica del complejo. Las 14 turbinas que componen la represa llevan más de 45 años en operación y requieren una renovación profunda. “Es como un auto con 300.000 kilómetros: si no hacés el mantenimiento profundo, se para”, graficó el ingeniero.
La renovación en desarrollo
El plan de inversión asciende a unos 900 millones de dólares, a repartirse entre Uruguay y Argentina. Para nuestro país, la primera fase —de 40 millones— está prácticamente culminada. La segunda, por 75 millones, cuenta con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo. La tercera etapa, la más ambiciosa, está en etapa de definición técnica y búsqueda de fondos. “No podemos perder ni un día más. Este activo es responsable de un tercio de la energía del país”, advirtió.
Un modelo ejemplar de gobernanza
Más allá de lo técnico, Casaravilla puso el acento en el modelo de gobernanza de Salto Grande, ejemplo de cooperación binacional. “Es como un matrimonio, pero funciona”, afirmó, destacando que todas las decisiones deben tomarse por consenso entre representantes de ambos países. Pese a su complejidad, esta estructura ha demostrado ser efectiva a lo largo del tiempo y con distintos gobiernos, sin que se vea afectada la operatividad del sistema. Junto a su par argentino, el diplomático Alejandro Daneri, Casaravilla ha establecido una relación de respeto y códigos compartidos, lo que ha facilitado el avance de decisiones estratégicas. “Nos sentamos, acordamos y cumplimos. Es una señal muy positiva”, destacó.
Gracias a Salto Grande el país ahorra U$500 millones al año
En el plano económico, el titular de la delegación uruguaya fue claro: Salto Grande representa un ahorro anual de entre 450 y 500 millones de dólares para el país. “Si no lo tuviéramos, ese sería el sobrecosto. Es un argumento claro de por qué debemos cuidarlo y actualizarlo”. Consciente de la importancia del momento, Casaravilla subrayó que la gestión de hoy marcará el destino energético de las próximas décadas. El desafío no es solo técnico, sino también institucional: profesionalizar la estructura, optimizar los recursos y garantizar eficiencia.
“Este no es un lugar para improvisar. El sistema eléctrico del país depende, en gran parte, de que hagamos bien las cosas aquí. Y eso nos compromete todos los días”. Con visión, planificación y compromiso binacional, Salto Grande no solo representa un hito histórico. También es, cada vez más, la base sobre la que se construye el futuro energético del Uruguay. Fuente: Radio Universal.
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