
La creciente del río trae lo que dejamos /
Un lago que habla de nosotros
La fuerza del agua revela el descuido humano
Con esta creciente del río Uruguay, el lado del lago de la represa de Salto Grande ofrece una imagen preocupante. A simple vista, entre los árboles y la vegetación que bordean el agua, flotan troncos, ramas, bolsas, botellas plásticas y una gran variedad de desechos arrastrados por la corriente. La fuerza del agua no solo trae volumen y energía, arrastra consigo toda la mugre acumulada a lo largo del cauce, dejando en evidencia el impacto ambiental del descuido humano. “Lo que la corriente encuentra a su paso, lo lleva”. Y eso incluye residuos domiciliarios, restos de poda y hasta objetos plásticos de gran tamaño.
Un lago que habla de nosotros
El espejo de agua que conforma el Lago de Salto Grande, usualmente una postal de calma y naturaleza, se ve alterado por la marea sucia de una creciente que actúa como espejo de nuestros hábitos. Las orillas se ven salpicadas de basura que se engancha entre las ramas o se acumula en pequeñas islas flotantes, mientras algunos animales buscan desplazarse entre el plástico. Aunque la represa regula el caudal aguas, no puede evitar que la contaminación recorra todo su trayecto. La mugre se convierte en parte del paisaje, dejando una amarga sensación de abandono.
Una oportunidad para reflexionar
Cada creciente es una advertencia. No solo por los daños estructurales o el aumento del nivel del agua, sino por lo que revela sobre la forma en que tratamos el ambiente. La basura que llega al lago no cayó del cielo, es nuestra. El río arrastra lo que encuentra. Y lo que encuentra, habla de nosotros.
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