
La otra cara del centro
La otra cara del centro /
El refugio precario de quienes duermen a la intemperie
Cartones, frazadas y bolsas se acumulan bajo el alero de un local aparentemente desocupado, en la esquina de Artigas y Las Piedras, en pleno centro de la ciudad. Son los elementos que utilizan, noche tras noche, varias personas en situación de calle para intentar protegerse del frío y la intemperie. Vecinos de la zona aseguran que la mayoría son hombres, aunque también se ha visto —en ocasiones— a mujeres e incluso a niños pernoctando en el lugar. La escena, que se repite cada noche, refleja una realidad tan dura como preocupante: la falta de techo y de asistencia sostenida para quienes viven en las calles.
Una realidad que vuelve a hacerse visible
La preocupación no pasa solo por la imagen que ofrece el centro de la ciudad, sino por las condiciones de vida de estas personas: su salud, su alimentación y su sustento diario. Durante los meses de invierno, los operativos de emergencia lograron reducir notablemente la presencia de personas durmiendo a la intemperie, pero en las últimas semanas la situación ha vuelto a hacerse visible. Algo similar ocurre a pocas cuadras de allí, sobre la misma calle Artigas, frente a la Casa Diocesana y la Biblioteca Departamental, donde cada día pueden verse colchones improvisados y pertenencias junto a las puertas de ingreso.
Un llamado a la empatía y a la acción
La escena, más allá de la preocupación estética o social, interpela a toda la comunidad. Porque detrás de cada manta, de cada cartón, hay una historia —muchas veces invisible— de abandono, carencias y soledad.
Comentarios potenciados por CComment