Este miércoles, los trabajadores cosechadores de limón de la empresa San Miguel salieron a la calle en una movilización pacífica, reclamando mejoras urgentes en sus condiciones laborales. La protesta incluyó una marcha por avenida Artigas, que finalizó frente a la oficina local del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), donde entregaron formalmente una nota con sus demandas.

La movilización fue encabezada por Anthony Fafundez y Mariana Fernández, voceros del colectivo de cosechadores, acompañados por Juan Santana, delegado de la histórica Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas (UTAA). También se sumó el apoyo del SUNCA, lo que reforzó la convocatoria y evidenció la unidad del movimiento obrero en el norte del país.

"... no somos reconocidos ni valorados"

“Nuestra tarea es esencial para la producción, pero no somos reconocidos ni valorados. Necesitamos condiciones dignas para trabajar”, reclamaron con firmeza los voceros. Durante la jornada, los trabajadores expusieron situaciones de precariedad, entre ellas falta de garantías laborales, salarios insuficientes y condiciones adversas durante la cosecha, especialmente en las zonas rurales más alejadas. Señalaron que muchos deben trabajar largas jornadas sin la protección ni los derechos básicos que establece la legislación laboral.

Limón clave para la economía local

Los manifestantes fueron enfáticos en remarcar que la recolección del limón es clave para la economía local, pero a pesar de su aporte, continúan siendo invisibilizados. “Sin nuestra labor, no hay exportación ni ingresos para la empresa. Pero seguimos siendo los últimos en la lista”, dijeron.

El reclamo también incluye la instalación de una mesa de diálogo urgente con las autoridades y la empresa, para avanzar en acuerdos que garanticen empleo rural justo, seguro y sustentable.

Desde Bella Unión, el mensaje es claro: sin justicia laboral, no hay desarrollo genuino. La movilización de los cosechadores no solo interpela a San Miguel, sino que también busca el compromiso del Estado para velar por quienes producen con sus manos el fruto del trabajo nacional.