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En una  entrevista transmitida por  LA PRENSA Streaming, se abordaron dos casos que marcaron profundamente a la sociedad de Salto y que, a pesar del paso del tiempo, aún no tienen respuestas claras. Por un lado, estuvo presente Juan José Barreto, padre de Charly Ferreira, y también, mediante comunicación telefónica desde Montevideo, habló Leticia, mamá de Nazarena Porto. Ambos relatos reflejan el mismo sentimiento: dolor, incertidumbre y la fuerza de no bajar los brazos en la búsqueda de verdad y justicia.

El caso de Charly Ferreira

Charly Ferreira falleció hace más de 18 años y medio. Su padre, Juan José Barreto, recordó lo sucedido y denunció que el caso fue archivado sin la investigación necesaria. “El expediente tiene pruebas suficientes para aclarar lo que pasó. Sin embargo, la justicia nunca nos dio una respuesta. Para nosotros no fue un accidente, como se dijo. Charly fue detenido, esposado y subido a una camioneta policial, pero nunca llegó al hospital ni a la seccional”, explicó Barreto. El dolor de casi dos décadas sigue intacto. La familia sostiene que hubo contradicciones en las declaraciones policiales y que nunca se profundizó en ellas. “Si me voy de este mundo, me voy con ese pensamiento: la investigación no fue seria”, señaló.

El caso de Nazarena Porto

La segunda voz fue la de Leticia, mamá de Nazarena Porto, quien murió hace siete años y nueve meses. A pesar de que la justicia maneja la hipótesis de suicidio, ella asegura que hubo errores desde el inicio. “El fiscal me dijo que el médico forense concluyó que se trató de un suicidio, pero nunca me mostraron pruebas. Yo no lo creo. Nazarena estaba bien, había comprado ropa para las fiestas. Nadie me quita de la cabeza que algo pasó y que la investigación fue mal hecha”, expresó con firmeza. La madre contó que el impacto en su vida familiar ha sido enorme: “Vivo el día a día, sigo en pie por mi hijo y por Nazarena, que me da fuerzas desde donde está. Pero ya no hay fiestas ni alegría en casa. Solo quiero la verdad”.

Un reclamo compartido

Tanto Barreto como Leticia coinciden en que los expedientes no fueron investigados a fondo y que, en ambos casos, persisten dudas que la justicia no ha aclarado. Barreto, al escuchar a Leticia, le expresó su solidaridad: “Sé muy bien lo que siente. Es horrible pasar tantos años sin una respuesta. Los casos quedan impunes porque no se investigan como deberían”.

La justicia pendiente

El caso de Charly Ferreira permanece archivado. El de Nazarena Porto sigue abierto, aunque con la hipótesis principal de suicidio. En ambos, las familias sienten que no se avanzó lo suficiente y que las instituciones no dieron las respuestas esperadas. “Queremos que investiguen de verdad. Que no quede todo en un simple ‘accidente’ o ‘suicidio’. Nosotros, las familias, merecemos saber qué pasó”, concluyó Barreto.

Una herida que es de todos

Estas dos historias reflejan mucho más que el dolor de dos familias: muestran una problemática social que duele a toda la comunidad. Detrás de cada nombre hay una vida truncada, hay hijos, padres y madres que esperan justicia.

Las voces de Juan José y Leticia son un recordatorio de que la búsqueda de verdad es una lucha constante, y de que cuando la justicia no responde, la herida queda abierta en toda la sociedad.

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