
Continúa la purga en Nicaragua /
Un general fue condenado a 20 años de cárcel por “traidor a la patria”
Por más de cuatro décadas, el general de brigada en retiro Álvaro Baltodano Cantarero fue un hombre clave del sandinismo. Guerrillero, militar, operador político y asesor de Daniel Ortega, tejió alianzas y sostuvo el andamiaje económico del régimen desde las sombras. Pero, el pasado 9 de junio se convirtió en el último “traidor a la patria” condenado por el propio aparato que ayudó a construir. La sentencia fue dictada en una audiencia virtual, sin defensa legal ni presencia familiar. Veinte años de prisión y la confiscación de todos sus bienes. Una condena que lleva el sello del nuevo poder absoluto de Rosario Murillo, copresidenta y heredera designada de la dictadura.
Baltodano, de 71 años, fue arrestado la madrugada del 14 de mayo por agentes encapuchados de la Dirección de Auxilio Judicial, en su finca “Los Milagros”, en El Tuma, La Dalia, Matagalpa. Desde entonces, se encuentra en desaparición forzada. No ha tenido contacto con sus familiares ni acceso a un abogado. El juicio fue un espectáculo secreto, sin expediente público ni acusación formal conocida.
Guerrillero sandinista
Baltodano pertenece a una familia acaudalada de Nicaragua y comenzó su carrera como guerrillero del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en el norte del país. En 1979, lideró la insurrección de Matagalpa como jefe del Frente Norte. Fue parte del pequeño círculo que dirigió la ofensiva final contra el somocismo. Tras su retiro del Ejército en 2000, se convirtió en uno de los operadores de Daniel Ortega durante su período en la oposición. Fue pieza clave en la formación de alianzas con partidos políticos y empresarios, especialmente en la campaña de 2006 que devolvió a Ortega el poder.
Purgas con sello “Murillo”
“La señora Murillo está sospechando una conspiración de alguna gente de la vieja guardia del Frente en contra de la señora Murillo. Y por eso es por lo que está dando este golpe fuerte. Este es un preludio de lo que viene después”, explica el sociólogo y veterano sandinista Oscar René Vargas.
Vargas considera que la condena de Baltodano forma parte de una purga contra los últimos cuadros históricos del sandinismo que aún podrían representar una resistencia interna al ascenso total de Rosario Murillo. “Posiblemente, vaya a pasar la cuenta a los viejos cuadros como Lenín Cerna, Bayardo Arce y otros que ha de tener ella en la lista”, advierte.
La estrategia de Murillo se ha hecho evidente desde hace tiempo. En los últimos años ha concentrado poder institucional y simbólico. Se presenta como “copresidenta”, domina los ministerios, controla la Asamblea, la Corte Suprema y la Policía. Ha promovido a sus hijos a cargos clave y eliminado cualquier posible rival, incluso dentro del sandinismo.
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