
Mercados financieros muestran una calma inquietante /
La tensión en Oriente Medio en su punto crítico con EE. UU. en el conflicto
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Por Cr. Juan P. Cardozo - Especialista en Finanzas
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juanpe@laprensa.com.uy

Un escalofriante amanecer global. La implicación directa de Estados Unidos en el conflicto entre Israel e Irán ha encendido las alarmas, llevando al mundo al borde de una confrontación a escala global. El reciente ataque de un bombardero B2 y dos F35 a las instalaciones nucleares subterráneas de Ford en Irán marca un giro decisivo, transformando un conflicto indirecto en un choque frontal con Washington.
En una respuesta inmediata y calculada, Irán lanzó un ataque con misiles contra la base aérea estadounidense de Al Udeid en Qatar la madrugada del lunes. Esta acción fue una represalia directa por el bombardeo americano de sus sitios nucleares. Aunque las defensas aéreas de Qatar interceptaron la mayoría de los misiles, y no se reportaron bajas estadounidenses ni qataríes, el incidente subraya la peligrosidad de la escalada y la voluntad de Irán de responder a la agresión. Se especula que Irán emitió una advertencia previa a Estados Unidos, buscando evitar una escalada descontrolada.
El ataque inicial a Ford, ordenado por Donald Trump, buscaba anular el programa nuclear iraní. Sin embargo, las promesas de un daño "salvaje" se topan con serias dudas. Informes de Bloomberg, respaldados por imágenes satelitales, sugieren que el impacto no fue tan devastador como se declaró, e Irán incluso niega la destrucción. La efectividad de las bombas antibúnkeres estadounidenses contra fortificaciones robustas está bajo intenso escrutinio.
Transformación política de Irán
Ante la incertidumbre militar, la estrategia de Washington parece mutar hacia un objetivo aún más arriesgado: el cambio de régimen en Irán. Trump ha insinuado públicamente que si el gobierno actual no logra "reconciliar la grandeza de Irán", un cambio de liderazgo es una posibilidad real. Esta postura sugiere que, al no conseguir la erradicación del programa nuclear por medios convencionales, la administración Trump podría buscar una transformación política interna en la República Islámica.
Aparente tranquilidad de los mercados
A pesar de la creciente tensión militar, los mercados financieros muestran una calma inquietante. El precio del petróleo Brent tras un repunte inicial, se ha estabilizado en niveles que no reflejan la magnitud del riesgo geopolítico. Incluso el oro, tradicional refugio en tiempos de crisis, ha experimentado una ligera caída. Esta aparente tranquilidad se atribuye a la percepción del mercado de que el objetivo principal de Estados Unidos ahora es el cambio de régimen, en lugar de un ataque sostenido a la infraestructura petrolera.
El Estrecho de Ormuz, arteria vital por donde transita una cuarta parte del crudo marítimo global, se convierte en el epicentro de la posible catástrofe económica. Aunque Irán carece de autoridad legal para bloquearlo, tácticas indirectas como ataques con lanchas rápidas o drones podrían hacer la navegación comercial "demasiado arriesgada". Un cierre impactaría directamente a China y Europa, disparando los precios del petróleo y amenazando con una recesión global. Si bien Irán ha expresado su intención de bloquearlo, el mercado parece dudar de su capacidad para mantener un bloqueo efectivo a largo plazo.
Los bloques
La situación se analiza bajo la sombra inminente de una "tercera guerra mundial". La formación de bloques es cada vez más clara: por un lado, Rusia, China e Irán (con la posible inclusión de Corea del Norte); por otro, Estados Unidos, Europa y Japón. Irán ya ha buscado el apoyo de Moscú y Beijing, coordinando posiciones sobre la escalada. Además, Irán ha prometido represalias contundentes contra Estados Unidos, declarando: "puede que usted inicie esta guerra, pero seremos nosotros quienes le pongamos fin".
La presencia de bases militares estadounidenses en la región, ahora en alerta máxima, agrava la tensión. Surge la inquietante pregunta de si Estados Unidos tiene la capacidad militar para afrontar múltiples frentes de conflicto simultáneamente (Ucrania, Oriente Medio, Asia-Pacífico). Expertos advierten que una "sobretensión militar" podría precipitar el declive de su hegemonía, un eco de imperios pasados.
Finalmente, la potencial flexibilización del uso de armas nucleares tácticas por parte de Estados Unidos, si no logra sus objetivos por medios convencionales, pondría en riesgo el Tratado de No Proliferación Nuclear. Si este acuerdo crucial colapsa, se abriría una "caja de Pandora" nuclear, con potencias como Rusia y China poseyendo arsenales significativos, lo que podría llevar a una devastadora situación de "destrucción mutua asegurada".
En este tablero volátil, el mundo observa con aprehensión cómo la situación en Oriente Medio, con su foco cambiando del programa nuclear iraní al cambio de régimen, amenaza con encender una chispa que podría redefinir el orden geopolítico y económico global de manera irreversible
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