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En un ambiente cargado de emoción y expectativas, Marcelo Malaquina, candidato a intendente por el Partido Colorado, emitió su voto en horas de la mañana de este domingo en la Escuela N.º 92 del Barrio Horacio Quiroga. Llegó con algunos minutos de anticipación al horario previsto las 11 de la mañana y fue recibido con afecto por vecinos y periodistas locales.

El clima era de cercanía, de esos momentos en los que la política deja los discursos acartonados y se muestra en su costado más humano. Malaquina, conmovido por el apoyo recibido, destacó: “Lo decía hace unos días y lo sigo repitiendo: me emociona el esfuerzo de los compañeros, el voluntariado, sobre todas las cosas. Estoy muy agradecido y muy contento”.

Una campaña construida desde abajo

El aspirante colorado remarcó que vive la jornada con tranquilidad, pero no sin un profundo sentido del esfuerzo: “Hemos dejado el corazón y el alma. Ahora dependemos de la gente. Todo el sacrificio que hemos hecho durante casi un año hoy seguramente rinda su fruto”, expresó.

Lejos de relajarse, confesó que no tendría tiempo ni para el almuerzo familiar, ya que planeaba recorrer diferentes puntos durante todo el día: “Hasta última hora voy a andar girando, seguramente hasta las siete y media. Es el beneficio del esfuerzo”.

La familia, sostén silencioso

Consultado sobre cómo vive su entorno más cercano esta experiencia, Malaquina no dudó en reconocer el valor de su familia: “Con los buenos y los malos que tiene la política, están felices. Llevé a mamá a votar, hablé con mi esposa, con mis hijos. Cada uno está dando una mano y acompañando. Creo que ellos están más nerviosos que yo”.

Destacó que sus seres queridos lo han acompañado con alegría, incluso en los momentos más exigentes de la campaña. “La familia sufre todo este tipo de cosas, pero acompaña, sin lugar a dudas”, dijo.

Sin cábalas, pero con tradiciones

A diferencia de otros candidatos que se aferran a cábalas personales, Malaquina aseguró que no sigue ninguna: “Sinceramente no. Jugué mucho al fútbol con cábalas —las medias, los guantes—, pero después te das cuenta de que si no es con sacrificio y esfuerzo, no hay nada que valga”.

No obstante, reconoció la compañía de su chofer y amigo Mónico como parte esencial del día, no por superstición, sino por amistad. En tono distendido, también mencionó el gesto de Horacio Durum, quien no abandona su clásico FIA 128 como símbolo de buena fortuna: “Eso sí fue una linda cábala que nos regaló la instancia de octubre”.

El lugar para esperar los resultados

La espera por los resultados se dará en la sede partidaria ubicada en Brasil 1851, en un entorno íntimo junto a los dirigentes de base: “Para mí hoy es importante estar cerca del dirigente a pie, el que hace el esfuerzo en el día a día. Ahí nos encontrarán todos juntos”, dijo.

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