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La empresa ONDA (Organización Nacional de Autobuses) fue fundada en 1936 por iniciativa privada con el objetivo de conectar Montevideo con distintos puntos del país mediante un servicio regular y confiable de transporte de pasajeros. Sin embargo, puede decirse que su origen se remonta a un primer viaje (en una cachila), entre Montevideo y Colonia, en 1925. Surgió en un contexto en el que las vías ferroviarias dominaban el transporte terrestre, pero el crecimiento de la población y la necesidad de movilidad impulsaban nuevas alternativas. Desde su inicio, ONDA apostó por brindar un servicio moderno y eficiente. Sus primeros recorridos unieron Montevideo con Colonia y luego se expandieron hacia el litoral y el norte del país, incorporando más unidades y rutas a medida que crecía la demanda. En Salto, la agencia estuvo primero en Uruguay al 900 y luego en Artigas y 25 de Agosto.

Innovación y expansión

Durante las décadas de 1940 y 1950, ONDA se convirtió en sinónimo de progreso. Fue pionera en el uso de ómnibus modernos, incluyendo unidades con aire acondicionado, butacas reclinables y servicios abordo, lo que la posicionó como una de las empresas más avanzadas del sector en América Latina.

La imagen de los ómnibus azules con la palabra “ONDA” en letras grandes se volvió familiar para los uruguayos. La empresa no solo prestaba servicios interdepartamentales, sino también conexiones internacionales, especialmente con Argentina y Brasil.

ONDA también fue conocida por su eslogan “Viajar con ONDA es viajar mejor”, reflejo de una política empresarial enfocada en la comodidad y el buen trato al pasajero. El personal estaba altamente capacitado y los servicios se distinguían por su puntualidad y mantenimiento técnico.

El declive de un gigante

A partir de los años 70, ONDA comenzó a enfrentar dificultades económicas producto de múltiples factores: el aumento del precio del combustible, la competencia creciente, la inflación y la inestabilidad política. La situación se agravó durante la dictadura (1973-1985), cuando muchas empresas nacionales enfrentaron serias restricciones operativas y financieras.

A pesar de varios intentos de modernización y reestructuración, ONDA no logró adaptarse a las nuevas condiciones del mercado. A finales de los años 80, la empresa fue declarada en quiebra y finalmente dejó de operar en 1991, cerrando así un capítulo emblemático del transporte uruguayo.

Un legado que perdura

Aunque ya no circulan los clásicos ómnibus azules, el recuerdo de ONDA vive en la memoria colectiva de los uruguayos. Muchos aún rememoran los viajes largos por la Ruta 1 o la Ruta 3, las paradas en las viejas terminales y la sensación de seguridad que ofrecía la empresa.

ONDA no solo fue una compañía de transporte: fue un símbolo del desarrollo nacional y de una época en la que viajar por el país era, ante todo, una experiencia.

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