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Se cumplió este jueves 1° de mayo un año más del fallecimeinto de José Enrique Rodó, uno de los más lúcidos intelectuales uruguayos. Reconocido por muchos como el “maestro de las juventudes de América”, nació el 15 de julio de 1871 en Montevideo. Murió en milán, Italia, el primer día de mayo del año 1917. Hay biografías en las que figura que falleció el 2 y hasta el 3, pero ese error, es seguramente debido a la demora en que sus restos llegaran al Uruguay, sumado eso a las distracciones por el feriado del 1°.

No está de más decir que esta ciudad, Salto, donde siempre tuvo fervientes admiradores desde diferentes tribunas, fue la primera en homenajearlocon algo realmente trascendente, con un monumento, con el Obelisco a Rodó, en el ingreso por el Este a la ciudad.

Docente, periodista, ensayista, crítico literario, filósofo, político (perteneciente al Partido Colorado), es el autor de obras fundamentales para su época y en general para las letras de décadas siguientes, entre las que adquiere principal relevancia su “Ariel”.

El ensayo titulado “Ariel” fue publicado en el año 1900 y fue tal su impacto, que a ese hecho responde el nombre “Generación del 900”, dado al grupo más significativo de la literatura uruguaya, del que se considera a Rodó una especie de “caudillo” o “hermano mayor”. Se trata de una generación brillante, integrada por figuras de la talla de Herrera y Reissig, Delmira Agustini, Carlos Reyles, Javier de Viana, Horacio Quiroga, Carlos y María Eugenia Vaz Ferreira, Florencio Sánchez, entre otros.
Falleció a los 45 años, el 1 de mayo de 1917 en Palermo (Italia) y fue sepultado dos días después en el Cementerio Central de Montevideo.
Como fue dicho, Salto fue la primera ciudad uruguaya en homenajear a José Enrique Rodó con un monumento erigido en su memoria: el Obelisco, que data de 1922.

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