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Mareos: causas frecuentes y señales que no deben ignorarse
Los mareos y el vértigo suelen generar preocupación por su posible relación con enfermedades graves, aunque con frecuencia responden a causas simples como deshidratación, trastornos visuales, estrés o efectos secundarios de medicamentos. El equilibrio corporal depende de la coordinación entre la visión, el oído interno, el sistema cardiovascular y el sistema endocrino; cualquier alteración en estos componentes puede desencadenar inestabilidad. Cuando el mareo se presenta como aturdimiento o sensación de desmayo, los especialistas recomiendan investigar posibles problemas cardiovasculares. En cambio, cuando aparece como una sensación de giro, suele estar vinculado al oído interno, cuyos canales llenos de líquido y pequeños cilios envían información al cerebro sobre la posición y el movimiento del cuerpo.
Los mareos mas comunes y sus causas
Entre las causas más comunes se incluye el Vértigo Posicional Paroxístico Benigno (VPPB), originado por el desplazamiento de cristales de calcio dentro del oído. Este trastorno provoca episodios breves tras movimientos bruscos, como girar en la cama. Otras afecciones, como la neuritis vestibular o la laberintitis, generan vértigo intenso, náuseas y vómitos, generalmente asociados a infecciones virales o bacterianas. En casos crónicos, la enfermedad de Ménière —producida por acumulación de líquido en el oído interno— causa vértigo repetido, pérdida auditiva y tinnitus, requiriendo desde cambios en el estilo de vida hasta cirugía.
No obstante, los mareos también pueden ser la manifestación de condiciones más graves. Expertos de la British Heart Foundation advierten que, si se presentan junto con dolor en el pecho, palpitaciones o dificultad respiratoria, pueden indicar una enfermedad cardiovascular y demandan atención urgente.
Trastornos neurológicos como la enfermedad de Parkinson o ciertos tipos de demencia también pueden generar mareos debido a daños en las áreas del cerebro que regulan el equilibrio y la circulación.
El estrés, la falta de sueño, el abuso de alcohol y los hábitos alimenticios irregulares constituyen factores habituales que alteran la estabilidad corporal. En estos casos, técnicas de respiración profunda pueden activar el sistema nervioso parasimpático y mitigar la sensación de vértigo.
En definitiva, el mareo puede ser tanto un reflejo de la vida moderna como una señal temprana de problemas complejos. Reconocer su origen es esencial para recuperar la estabilidad y preservar la salud.
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