Pesebre Navideño, tradición, simbolismo y fe
El pesebre navideño, también conocido como nacimiento o belén, es una de las tradiciones más arraigadas de la celebración de la Navidad. Consiste en la representación del nacimiento de Jesucristo y se realiza tanto en templos religiosos como en espacios públicos y en los hogares. Esta costumbre invita a la reflexión, a la unión familiar y a la transmisión de valores cristianos a través de generaciones.
Tradicionalmente, el pesebre se arma a partir del 8 de diciembre, Día de la Virgen de la Inmaculada Concepción, marcando el inicio de un tiempo de preparación espiritual para la Navidad.
Origen y significado del pesebre
La palabra “pesebre” proviene del latín praesēpe y hace referencia al lugar donde se alimentan los animales, generalmente construido en madera, barro o piedra. En el relato cristiano, este espacio humilde fue el sitio donde nació Jesús, resaltando la sencillez y la humildad como valores centrales del mensaje cristiano.
Los personajes y su simbolismo
El pesebre se compone de diversas figuras que representan la escena del nacimiento. El Niño Jesús es el personaje central, Hijo de Dios y redentor de la humanidad, portador de luz y esperanza. La Virgen María simboliza la pureza, la fidelidad y el amor maternal, mientras que San José encarna la fortaleza, la obediencia y la protección.
El ángel es el mensajero que anuncia la buena nueva, y los pastores representan a la humanidad que recibe con alegría el nacimiento del Salvador. Las ovejas refuerzan la idea de humildad y la necesidad de guía espiritual.
La mula y el buey, presentes en muchas representaciones, simbolizan la humildad y, según algunas interpretaciones, la unión entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Los Reyes Magos —Gaspar, Melchor y Baltasar— representan la sabiduría y reconocen la naturaleza divina de Jesús a través de sus ofrendas. Finalmente, la Estrella de Belén simboliza la fe y la esperanza que guía el camino de los creyentes.
Comentarios potenciados por CComment