
Luis Alberto Avellanal /
El legado de un arquero, dirigente y apasionado del fútbol salteño
De sus comienzo en las formativas de juvenil a presidente de la Liga Salteña de Fútbol, pasando por títulos, derrotas y decisiones históricas. Luis Alberto “Pato” Avellanal repasa en LA PRENSA su inigualable trayectoria en el deporte local y nacional. El streaming de LA PRENSA vivió un viernes diferente con la presencia de Luis Alberto Avellanal, más conocido como “el Pato”. No vino como escribano ni como técnico, sino como protagonista de una historia rica en recuerdos, logros, giros inesperados y, sobre todo, amor por el fútbol. Desde los guantes hasta la pizarra táctica, desde la tribuna hasta la mesa dirigencial, la carrera de Avellanal es un compendio de lo que representa el fútbol en el interior del país: pasión, sacrificio y pertenencia.
LOS COMIENZOS
Su vínculo con el fútbol comenzó en la adolescencia, cuando defendía el arco de Peñarol de Salto en divisiones juveniles. Corría el año 1966 cuando, bajo la dirección de Lalo Ibañez, su equipo se consagró campeón. En un tiempo sin baby fútbol, su ingreso directo a tercera división fue su bautismo de fuego.
Su oportunidad en la primera llegó tras la repentina salida de Rocchetti, por problemas de salud. El “Quique” Vidal no dudó en subirlo y así debutó en un plantel mayor que marcó sus primeros pasos en el deporte serio. “Peñarol lo llevo en el alma”, confesó, lamentando la actual posición del club en la B.
LIGA UNIVERSITARIA EN MONTEVIDEO
El fútbol lo siguió acompañando mientras estudiaba en Montevideo. Allí jugó en la Liga Universitaria, donde compartió cancha con figuras como Cono Gutiérrez y Miguel Arrestia. Las madrugadas para llegar a las canchas de Carrasco aún le sacan una sonrisa: “Salíamos a las 6:30 de casa, de noche, en invierno... pero eran momentos únicos”.
Durante esta etapa, vivió campeonatos memorables, ascensos desde la C a la A, y la consolidación de un estilo de juego marcado por el compromiso y el compañerismo. “Contarlo es una cosa, vivirlo otra”, dijo, sintetizando la nostalgia de esos años.
EL REGRESO A SALTO
De vuelta en Salto, defendió los colores de Salto Uruguay, donde tuvo momentos épicos. Uno de ellos ocurrió ya con 46 años, cuando fue llamado de urgencia por Jorge Castagnaro para integrar el plantel. Terminó atajando tres partidos claves y siendo parte del equipo campeón en 1998. Su amor por el club es innegable, aunque también reconoció que la vida lo llevó a cruzarse de vereda y terminar años más tarde en Ferro Carril, el clásico rival.
El “Pato” transitó ese cambio con profesionalismo y altura, valorando cada etapa: “La vida tiene estos giros, no hay que mirar atrás con rencor”.
UNA ANÉCDOTA INOLVIDABLE
Uno de los momentos más insólitos de su vida futbolística fue una goleada histórica. Jugando con el Universitario, su equipo le marcó nueve goles a Nacional, una hazaña poco común. Tres días después, asistió al cumpleaños de Ricardo Caparoni... ¡rodeado de jugadores del Nacional! “Fue un momento deportivo-social único”, recordó entre risas. “Una cosa es ganar, otra es compartir luego con quienes lo padecieron”.
SU PASO POR LA DIRIGENCIA
En 2011, asumió como presidente de la Liga Salteña de Fútbol, con Guillermo Minutti como vice. Juntos impulsaron reformas estructurales, como integrar representantes de las divisionales B y C al cuerpo de neutrales. Luis Arreseigor y Carvalho fueron los elegidos y hasta hoy mantienen roles clave en la liga.
“No fui un presidente tradicional. Minutti y yo compartimos funciones por igual. Nos complementamos y dejamos cambios que aún perduran”, contó.
TÉCNICO CAMPEÓN
También se desempeñó como director técnico en Universitario, Peñarol, Nacional. En el año 2000, dirigió a Salto Uruguay junto a Walter Guarino, donde el “decano” logró su último título del Salteño. Además alcanzaron la final de la Copa de Clubes de OFI tras una campaña impecable, eliminando a clubes fuertes como San Eugenio de Artigas y Estudiantil Sanducero.
En la final, el equipo salteño ganaba 2-1 en Maldonado con un hombre menos, pero un empate en el minuto 89 y un gol agónico en el 92 llevaron a la derrota. “Estábamos a segundos de la gloria”, recordó con emoción. Aun así, aquella campaña sigue siendo una de las más destacadas en la historia moderna del club.
RECONSTRUCCIÓN Y CONSOLIDACIÓN
En 2023, asumió en Ferro Carril, primero como asistente técnico, donde lograron el Salteño y quedaron por el camino en OFI, donde en el 2024 terminó dirigiendo el Salteño, tras la ida de Bassa, logrando ingresar a la Liguilla. En este año continúa como ayudante de Emilio Silva. “En este 2025 clasificamos primeros, con puntaje ideal”, en lo que es la participación en la fase de Grupos de OFI, destacó. Aunque reconoce que el nivel del fútbol artiguense está disminuido, cree que el verdadero desafío será ante Arsenal, Universitario y Nacional, que, según él, están en niveles similares.
MIRADA CRÍTICA
Avellanal también reflexionó sobre el presente del fútbol salteño y del interior en general. Opinó que la Copa Nacional de Clubes OFI ha opacado los torneos locales, y que muchas instituciones centran sus esfuerzos económicos y deportivos exclusivamente en esa competencia.
Esto ha provocado una escasa renovación de talentos. “En Ferro Carril no hay jugadores de cantera listos para primera. No es que no queramos subir juveniles, simplemente no están preparados aún”, explicó.
Aun así, es optimista: “Creo que en dos o tres años esa situación se va a revertir. Ya hay procesos en marcha en divisiones inferiores”.
ADMIRACIÓN POR REFERENTES
Consultado sobre figuras como Diego Godín, que jugó para Porongos, el último campeón de OFI, Avellanal no escatimó elogios. “Le dio al torneo no solo jerarquía, sino ascendencia, ejemplo, personalidad. Jugó como un amateur, con el alma”, expresó.
Sobre el futuro inmediato, se mostró enfocado en la campaña actual con Ferro Carril. “Ya estamos clasificados, pero tenemos que jugar con responsabilidad. El fútbol también es ética”, afirmó.
CUARTO DE SIGLO SIN TÍTULOS
Al cierre, recordó que Salto Uruguay lleva 25 años sin ser campeón, desde aquel título en 2000 que él dirigió. “Un cuarto de siglo... no es poca cosa”, señaló. Pero cree que el club está en condiciones de renacer: “Tiene dirigentes jóvenes, entusiasmo, y si refuerzan el plantel en agosto, puede ser el inicio de una nueva era”.
UN HOMBRE, UN LEGADO, UNA PASIÓN
Luis Alberto Avellanal es más que un nombre propio en la historia del fútbol salteño. Es símbolo de entrega, de respeto a la camiseta, de esfuerzo silencioso. Sus historias no solo emocionan: inspiran.
En cada palabra suya late el amor por el deporte y el compromiso con su comunidad. Ya sea en un arco, en un banquillo o en la presidencia de la Liga, siempre fue el mismo: un amante del fútbol que vive cada partido como si fuera el primero.
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