Cambia, todo cambia
-
Por Jorge Pignataro
/
jpignataro@laprensa.com.uy

Carlos Albisu renunció a su cargo como Presidente de la CTM de Salto Grande, a comienzos de setiembre de 2023. En ese momento, había incluso quienes aseguraban que se terminaba para siempre su carrera política. Creo que exageraban. Yo particularmente, no lo pensé como algo tan extremo, pero confieso que sí pensé que no llegaría a ser Intendente. O al menos, no de forma tan inmediata. Me equivoqué, no tengo problema en reconocerlo.
Recuerdo que cuando estudiábamos Educación Social y Cívica y después Derecho en el liceo, nos enseñaban lo importante que es el Parlamento en este país. Por eso, cuando el Parlamento dijo que había que poner freno a las prácticas de clientelismo que estaban ocurriendo en Salto Grande promovidas por Albisu, pensé que era poco menos que "palabra sagrada". Pensé que se confirmaba de una vez por todas que estaba mal lo que se estaba haciendo en Salto Grande. Más aún lo pensé cuando Albisu renunció. Y por eso, como dije anteriormente, sin titubeos para reconocerlo, no imaginé que el pueblo salteño, menos de dos años después, iba tan masivamente a confiar en Carlos Albisu como lo hizo este domingo. Pero debo respetar seriamente al pueblo, de eso no hay dudas. Aquello que a mí me pareció tan grave, a la mayoría del pueblo salteño no le pareció igual. Al contrario, lo premió.
Fíjese que aquella misma persona que hace menos de dos años, era duramente criticada por la población (me animo a decir que por la gran mayoría), ahora recibe de esa misma gente un grandísimo apoyo. Nada menos que le otorga (y de forma contundente) la posibilidad de ser la principal figura política del departamento.
No niego que mi percepción haya estado errada, pero también me permito decir que en política las cosas cambian de una manera vertiginosa y poco comprensible.
En aquel momento del escándalo en Salto Grande, recuerdo escribir artículos, en los que decía que la "caída" de Albisu significaba, como consecuencia, el crecimiento de dos figuras jóvenes en la política local: Rodrigo Albernaz (entonces Diputado de Cabildo Abierto) y Marcelo Malaquina (emergente líder colorado). Si ahora observo el panorama, veo un Malaquina muy por debajo de Albisu en cuanto a respaldo popular y un Albernaz que ni siquiera salió a escena.
Malaquina, pese a haber sido crítico con la gestión de Albisu en CTM, termina este proceso formando parte del mismo partido y contribuyendo a su triunfo. Albernaz en tanto, pese a haber tomado impulso en algún momento y hasta pintar paredes con "Albernaz Intendente", no llegó siquiera a salir al ruedo.
Ahora bien, ya no puedo decir en qué situación están ahora Malaquina y Albernaz, y mucho menos en qué situación estarán dentro de cinco años. Ya no sé que pensar... Solo se me ocurre que tal vez mañana terminan recibiendo un masivo respaldo popular que los convierte en Intendentes. Porque la verdad, es que realmente cambia, todo cambia, como canta Mercedes Sosa.
También debo decir (sin ánimo de quitar mérito a la Coalición Republicana, que por supuesto hizo una gran campaña), que el electo Intendente obtuvo un fuerte apoyo no solamente por sus fortalezas sino también y en gran medida, por las debilidades del adversario. Me explico: el notable respaldo a Albisu fue casi directamente proporcional al masivo rechazo al Limismo. El gobierno del Frente Amplio en Salto ya venía con una muy baja aprobación, y por ende, casi que cualquier otra opción que se presentara para desplazarlo, iba a ser aceptada. Así fue.
Pero cuidado... Ya aprendí que todo cambia muy rápido. Ni el Limismo está políticamente muerto, ni Albisu se quedará para siempre en el pedestal al que subió. Y lo último: más allá de percepciones u opiniones de este humilde escriba, a la decisión de un pueblo (y más cuando la expresa tan categóricamente) hay que respetarla siempre, siempre.
Comentarios potenciados por CComment