
Crisis en el Frente Amplio /
Tensiones internas tras la derrota electoral en Salto
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Por Pedro Rodríguez
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pedrorgz@vera.com.uy

Las últimas elecciones departamentales en Salto dejaron más que una contundente derrota para el Frente Amplio: también dejaron al descubierto una profunda crisis interna que, con el paso de los días, se vuelve cada vez más evidente. Un audio filtrado del ex intendente Ramón Fonticiella encendió la mecha y generó una fuerte reacción dentro de la colectividad política.
Fonticiella, quien fue candidato a intendente por el Frente Amplio en las pasadas elecciones, expresó con claridad su rechazo a una propuesta que buscaba emitir un mensaje conjunto de unidad, impulsada por el presidente departamental del Frente Amplio. La idea era enviar un saludo a la militancia, a pesar de la derrota. Sin embargo, Fonticiella se negó rotundamente.
Artífices de la derrota
“No estoy de acuerdo en compartir una misma tribuna con quienes considero han sido los artífices de esta derrota, por la mala administración que él mismo, del cual formó parte Chiriff, llevaron al Frente Amplio a esta situación tan grave”, afirmó en el audio que rápidamente se viralizó.
Se lo digo con todas las letras...
El mensaje, que en principio iba dirigido solo a los otros candidatos frenteamplistas, se volvió público, generando una ola de reacciones en redes sociales y dentro del propio partido. En el mismo, Fonticiella también dejó una frase que demuestra cercanía, pero sin dar marcha atrás en sus críticas: “Se lo digo así, con todas las letras, porque así fue. Que lo pasen bien y un abrazo grande para todos”.
"Es lo más bajo que escuche..."
La respuesta no tardó en llegar. Álvaro Gómez, actual director de obras y una de las figuras más cercanas al doctor Andrés Lima, fue muy duro en sus palabras: “Echarle la culpa a los dos compañeros, haciéndolos responsables de la derrota, eludiendo las propias y más aún haciéndolo público, es lo más bajo que escuché. Es de carroñero, bajo, ordinario, trepador. Indudablemente de un burro lo único que podemos esperar es una patada. Se barre para adentro y mirándonos la cara”.
Hoy aplauden pero ayer agraviaban
Estas palabras reflejan la tensión que vive hoy el Frente Amplio en Salto, donde parece haber más acusaciones que propuestas. Otro que se sumó a la discusión fue el Lic. Rafael Di Donato, quien también dirigió palabras críticas a Fonticiella. “Cuando a Ramón lo derrotaron lo defendí de todos. Dije, y lo sostengo, que a pesar de sus errores no era el responsable de la derrota. Muchos de los que hoy lo aplauden eran los que ayer lo agraviaban. Me gané enemigos por defenderlo, y lo apoyé una vez más en 2015. Aprecio y respeto a Ramón, aprendí mucho de él. El problema es que él se olvidó de aprender. Lástima”, escribió en redes sociales. También recordó su participación en el gobierno departamental liderado por Lima y cómo Fonticiella, según él, evitaba encontrarse con él en ese período. Y cerró con una reflexión potente: “Puede que suene feo, pero a mí nadie en todo el Frente Amplio puede darme lecciones de unidad”.
Ojo con el divisionismo
Por su parte, el ex director de Desarrollo Social, Regino López, compartió una cita del histórico dirigente Rodney Arismendi que resume bien el espíritu que debería primar en momentos como este: “Todo frente, toda alianza, trae consigo la consideración de problemas de unidad y de lucha ideológica. Pero la lucha ideológica tiene límites, debe ser puesta al servicio de la unidad. De lo contrario, es divisionismo”. Esta frase parece una advertencia a sus compañeros: sin unidad, no hay futuro para el Frente Amplio en Salto.
la unidad no es un lujo: es una necesidad
La derrota a manos de la coalición republicana fue un golpe fuerte, pero lo que ocurre ahora hacia el interior del Frente Amplio podría ser aún más grave. Los cruces, las acusaciones públicas y la falta de una autocrítica compartida evidencian una colectividad fragmentada.
Mientras se acerca el mes de julio y con él la retirada oficial de algunas autoridades, el Frente Amplio en Salto tiene el desafío urgente de reconstruir puentes y reenfocar sus energías. Porque, como bien decía Arismendi, la unidad no es un lujo: es una necesidad.
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