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En una pasada nota de Opinión habíamos avanzado en el tema de la elección de los que gobiernan una nación y hacíamos alusión a lo dicho por el reconocido escritor español Arturo Pérez Reverte en el programa periodístico El Hormiguero de la televisión española.

En esa ocasión Pérez Reverte reveló la decadencia de la clase política de su país y que él, a pesar de ser democrático y republicano se amparaba en el rey de España, Felipe VI, como el único conductor capa de llevar adelante con solvencia moral la nación. Y que el actual presidente "Pedro Sánchez, no ha volteado al Rey porque lo precisa, simplemente lo usa, como nos usa a todos para mantenerse en el poder, es increíble lo que es capaz de mentir". No lo dice cualquiera sino uno de los escritores de mayor enjundia de una nación llena de cultura como España.

Esto lo ponemos a trasluz por ejemplo con el arriba del economista Javier Milei a la Argentina. Es increíble como el primero de los argentinos es capaz de degradar al que piensa distinto, sea aún su propia vicepresidenta que por no seguir sus ordenanzas la cortó en todo y la trata de traidora en sus propias redes sociales.

Puede existir siempre una forma de ver distinta pero de degradar en público desde un cargo tan importante al titular de otro poder el Estado llama la atención. Sin embargo la Argentina parece encaminarse bajando la inflación, bajando los planes sociales, estabilizando la moneda, cumpliendo sus adeudos internacionales y la gente podría darle un crédito en las próximas elecciones legislativas de octubre que son una forma de "medir la temperatura de un gobierno en la hermana república". Quiere decir que el elector argentino, que es un elector amante de la democracia, es capaz de hipotecar las formas en aras de los resultados que supuestamente alcanza este hombre. Es que si vence en octubre podrá tener el camino allanado en dos años y algo para una reelección y si ahora Milei es como es, con más votos, más plata, más orden y otro mandato puede terminar siendo increíblemente insultante desde, aún, un cargo tan importante.

Lo decíamos con Donald Trump, que esta vez ganó con más votos todavía, ahora sobre Kamala Harris, pero asumiendo que quienes votaban sabían como era. Como que la gente cuando vota piensa en lo que va a hacer, no en cómo lo va a hacer.

Quien esto escribe se formó asumiendo que en política son tan importantes las formas como el contenido. Por eso suscribimos las palabras de Luis Lacalle Pou cuando dice, "duro con las ideas, suave con las personas", pues es una forma de dejar el camino allanado para acuerdos, por ejemplo legislativos.

En cambio Trump y Milei, insultan al toque e incluso han llegado a decir que la gente debería odiar a ciertos periodistas cuando escriben cosas que los incomodan.

Esto es terrible en sí pero es lo que nos está pasando ahora y parece que es lo que vamos a tener en el futuro inmediato. Aunque como decían los abuelos, santifiquémonos para que en el Uruguay no aparezcan personajes así y que por ejemplo un presidente sea un hombre o una mujer capaz de conducir una nación con respeto a todos, incluso a los que piensan distinto, incluso a los que no los votaron, incluso a quienes los critican pues allí está el valor de la democracia. Que de eso se trata o debería tratarse pero en este caso parece que les da resultado degradar al otro en formas que parecería haber quedado en retrasados mentales como Maduro u Ortega. Pero no, aún la democracia es capaz de parir esta gente, increíblemente al decir del sociólogo Joseph Ritzer, lo dijo hace varias décadas, y se cumplió.

 

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