Diputados del interior: más gestores que legisladores.
- Por Nery Pinatto Director de MPC Consultores
Hay una enorme diferencia en la situación contextual en la que desenvuelven su tarea los diputados del interior con los de la capital. En números exactos, a Montevideo le corresponde 40 diputados; al resto del país, los otros 59 que suman el total de 99. Diferencias que vuelven bastante “desigual” la situación de unos y otros, por cierto.
Porque, más allá del “costo” de tener que trasladarse y mantenerse en la capital para cumplir con su trabajo, los representantes de tierra adentro son mucho más conocidos e identificados por sus votantes que los de la capital quienes, en la práctica, son casi desconocidos por el común de los montevideanos. Esta situación, de unos y otros, genera enormes diferencias de contexto y de roles. El mismo desconocimiento y falta de identificación de los diputados capitalinos termina imponiéndoles un rol mucho más parecido al de los senadores que a los de un diputado propiamente dicho: los temas del departamento pasan más a ser de los ediles que de sus representantes. Es difícil ver un representante montevideano hablando de los problemas de los montevideanos…
Ya su colega del interior es mucho más un “gestor” que un legislador para el común de sus coterráneos, y en ese escenario pelea mucho más su posibilidad de ser reelecto que en acomodarse en un lugar en las “planchas” montevideanas de los partidos políticos. Casi todos sus coterráneos lo conocen, saben dónde vive, los escuchan en las radios y los ven en los canales locales, y permanentemente le demandan algún tipo de “gauchada”. Hasta sus estructuras de secretarías están pensadas para ese rol, tanto en el Palacio Legislativo como en el propio departamento. En comunicar su tarea y lograr satisfacer lo más que pueda las demandas de sus coterráneos es en donde se juega su futuro; ya su colega de la capital depende mucho más de su estructura para votar bien en la interna y asegurarse un lugar potable en la “plancha” o lista para seguir vivo en la profesión política…
Los alcaldes: los últimos llegados al Olimpo del poder político. Se los pensó para villas y pueblos de entre 2.000 y 5.000 habitantes; hoy hay alcaldes en Montevideo que gobiernan a más de 300.000…
Cuando Tabaré Vázquez planteó (lo hizo por primera vez en mi querido pueblo de Tomás Gomensoro en su victoriosa campaña del 2004) y luego llevó adelante la idea de las alcaldías o municipios, estaba claro de que se trataba de un propósito específico: que los pueblos y villas menores del país tuvieran una estructura específica con presupuesto propio para luchar mejor por sus derechos y necesidades. Desde ese lugar conceptual, era posible coincidir con su propuesta. Claro que eran más cargos políticos (como si en el país no hubieran muchos), más burocracia y más costos.
Rápidamente, la clase política pervirtió esa idea inicial para generar más cargos a repartir, y elevó un número relativamente coherente con la idea primaria a más de 130. Totalmente incongruente con las necesidades reales de las más pequeñas poblaciones del país, pero muy bien venido para el insaciable deseo de crear más cargos para repartir. Solo así puede entenderse la existencia de 8 alcaldías en Montevideo: alcaldías por agrupaciones de barrios, con alguna de ellas con más de 200.000 habitantes. O en ciudades enormes en el contexto de sus departamentos, como Ciudad del Plata (en San José, con 40.000 habitantes), Pando (Canelones, con 27.000), Young (en Río Negro, con 25.000), San Carlos (Maldonado, 25.000), Río Branco (Cerro Largo, con 15.000) o Bella Unión (Artigas, con 15.000), al igual que Paso de los Toros, en Tacuarembó, y hasta en las propias capitales departamentales como Maldonado y Canelones.
Que congruencia hay con las alcaldías de Aguas Corrientes (Canelones, 2.000 personas), Baltasar Brum (Artigas, 2.400), Belén (Salto, con poco más de 2.000), Quebracho (Paysandú, 2.000), o Paso del Centurión en Cerro Largo con menos de 150 habitantes, etc, etc… Ninguna. Como tampoco lo hay que exista un departamento con 1.400.000 habitantes como Montevideo y otro con 27.000 como Flores, y ambos tengan la misma cantidad de ediles. Y se nos dice que el voto es proporcional. Sin embargo, Montevideo tiene 20 veces más diputados que Flores, pero 51 veces más población…
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